jueves, 8 de diciembre de 2011

LA CLAUDICACIÓN COMO LEMA

NEPOTISMO FRENTEAMPLISTA
Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 06.12.2011

El bicentenario de la revolución oriental, con el formidable legado artiguista a la fundación de una república, podría haber significado para la nueva clase gobernante una cierta rectificación de rumbos. Al menos, para atenerse a la noción, primaria y básica, de que el manejo de los intereses públicos no puede guiarse desde los ámbitos de parentelas y amiguismos.
Esta es la antigua distinción revolucionaria que divide campos con las prácticas monárquicas y del pontificado. Es además, un elemento sustantivo de una concepción democrática, pregonada por la mejor izquierda uruguaya.
Quienes desbaratan la representación de los intereses populares -a los que dijeron obligarse-, han mostrado por doquier como apuntalan las políticas de reparto, desnaturalizadoras de la función pública. Han utilizado, sistemáticamente, las mayorías en el Poder Legislativo y en las Juntas Departamentales para adulterar los escalafones del personal de carrera, emigrando a las contrataciones temporales, adulterando los sistemas de jerarquías y han abusado con la implantación de cargos de particular confianza, tantas veces cubiertos con sujetos carentes de calificación y, aún, soberbios.
En esta retrogradación -no marcada por la actual “oposición”, experiente en la generación de estos desvíos- el frenteamplismo burocrático envilece la norma constitucional de la que debiere ser fiel custodio: La República Oriental del Uruguay “jamás será el patrimonio de personas ni de familia alguna” (Artº 3º de la Carta Magna).

Véase este pequeño muestrario de la rosca armada. No se trata de una invectiva personal. Sí, de tomar conciencia política.
El Presidente José Mujica lleva, como el cuerpo a su sombra, a la senadora Lucía Topolansky; el ministro Eduardo Bonomi a la diputada Susana Pereyra; el senador Carlos Baraibar a la viceintendenta de Montevideo Sara Ribeiro; el vicepresidente Danilo Astori forma pareja con su secretaria, Claudia Hugo; el ministro Pintado con Alejandra Ostria, ex IMM y Junta Nacional de Salud; el munícipe canario Marcos Carámbula integra a Elena Pareja y otros familiares a su equipo; el senador Daniel Martínez remolca a Laura Motta, de Formación Docente del CODICEN; la subsecretaria del Ministerio de Educación, María Simón, a su esposo, el director de UTE César Briozzo.

Los casos se multiplican. Se recordará que el secretario presidencial de Tabaré Vázquez, canciller y senador momentáneo, Gonzalo Fernández, tenía a su esposa, la fiscal Cecilia Salhom, en comisión en la bancada socialista. Las variantes actuales, siguen y suman. Rosario Oiz, vicepresidenta del BPS, hermana con el prohombre de OSE Daoiz Uriarte, abogado de cabecera del exintendente Mariano Arana, en el escándalo Casinos Municipales. El senador Héctor Tajam articula con Gabriela Cultelli, ex directora de área del CODICEN. José González, de la asesoría del ministro Bonomi se vincula a Graciela García, una de las secretarias del canciller Luis Almagro. La lista no se agota: Homero Guerrero, de Planeamiento y Presupuesto, y su cónyuge, Laura Robatto, son abogados de José Mujica. El director del INAU, Jorge Ferrando, se asocia con Mariela Mazotti, de Desarrollo Social de la IMM. No faltan ediles montevideanos con vínculo matrimonial. Es el caso de Jorge Meroni y Cecilia Cairo. Pedro Apezteguía, director general del Ministerio de Economía, está unido a la directora de logística del Ministerio de Transporte, Beatriz Tabacco. Rúben Díaz, director de Promoción Económica de la IMM, es el marido de Noris Menotti, ex Saint Bois, en conflicto de Alma Chiodi, adjunta en el directorio de ASSE.

La ristra es larga, espinosa y cambiante, por friccionada.
El frenteamplismo en el poder ha borrado con el codo lo que escribió con la mano.
Nepotismo es la captación por gobernantes y altos jerarcas de cargos relevantes del Estado para familiares y amigos.
A lo Sancho, han servido las lentejas y las están comiendo.-

lunes, 5 de diciembre de 2011

CUANDO LA HISTORIA VA PASANDO
Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy - 02.12.2011

Hace pocas semanas el suplemento Todo Soriano, que se publica en páginas coleccionables del semanario Entrega 2000, rastreó una interesante nota radial, concedida tiempo atrás por el escritor Miguel Aguirre Bayley, hijo de un estimado republicano, el Dr. Adolfo Aguirre González, cofundador de la primera coalición política de izquierda unitaria, encabezada por dos entrañables amigos: Rodney Arismendi y Luis Pedro Bonavita.
La evocación de hechos relacionados con la confrontación armada de Paso Morlán, ocurrida en los inicios de 1935, puso sobre el tapete nombres como los de Francisco (Paco) Espínola, Carlos Quijano, Justino Zavala Muniz, personalidades a las que conocí, traté o de las que tuve referencias muy directas.
Más aún, encendió vivencias de mi sorprendida niñez, que por sus contenidos de dignidad y, aún de arrojo, me mostraron modelos de conducta que siempre atesoré.
En el reportaje en el que hago pie, indicaba Aguirre Bayley que Paco Espínola fue uno de los 36 guerrilleros que sostuvieron el fuego en Morlán, contra los uniformados que respondían al bando del usurpador Gabriel Terra.

El inolvidable autor de Sombras sobre la Tierra, en el relato ofrecido, piensa que tras ser capturado y trasladado por comisarías y cuarteles, finalmente, sería fusilado. Pero, sobrevivió. Y, consecuente con su trayectoria, enfrentó al pachecato. Cuando otro golpe de estado sacude al país en 1973, fue a más. Hizo pública su adhesión al Partido Comunista de Rodney Arismendi, un partido constructor que alimentó sueños de trabajadores e intelectuales y padeció impiadosa persecución.

La hermana de Paco, Doña Victoria, era esposa de Luis Pedro Bonacita, autor de Las Barras del Día, periodista y emigrante calificado del Partido Nacional, especialista de temas agropecuarios.
Hombres de la izquierda, como el doloreño Ricardo Paseyro y Carlos Quijano fueron partícipes de las acciones armadas antiterristas.
Decenas de años después, Don Carlos Quijano me suministraba antecedentes de la situación financiera del país, de los que se valía Arismendi cuando promovía sus interperlaciones a los Ministros de Economía. Otras veces, lo veía corregir e inspeccionar las planchas de las páginas de Marcha, en la vetusta imprenta del Sr. Sosa, en la calle Piedras y Treinta y Tres (de Montevideo), a quien conociera en el círculo íntimo del Presidente Andrés Martínez Trueba, otro de los alzados contra Terra. Con sus huesos había ido a dar a la inhóspita Isla de Flores. Siendo muy joven, me distinguió con su confianza y afecto.
El olvidado Julio César Grauert, asesinado en la carretera a Pando por balas policíacas, fue otro componente de aquel núcleo duro rebelde. Por entonces, Alba Roballo, Enrique Rodríguez y Arismendi se conocían en las acciones callejeras. Anhelaban transformaciones democráticas profundas, hacia un cambio radical del sistema.

Vuelvo atrás. Tuve un prematuro conocimiento del levantamiento armado de Morlán. Nací meses después del golpe del 31 de marzo de 1933. La declinación del denominado “marzismo” tuvo su manifestación con las elecciones de 1938. Con 5 años, veía venir por el fondo de la calle Florida (hoy De Castro) y Rivera, caminando hacia el centro de Mercedes -pasando por el dominio de los edificios singulares creados por el catalán Matosas-, a un hombre erguido, que vestía traje y sombrero gris, o azul. Despertaba mi atención su saludo ceremonial a mis padres al tomar, invariablemente, su sombrero con la mano izquierda. Es que la manga derecha del atuendo estaba recogida sobre el bolsillo del saco. Le faltaba un brazo.
-¿Quién es mamá?, interrogaba mi asombro.
- Es el Sr. Maneiro.
-¿Papá, papá, por qué no tiene brazo?
-Una granada le explotó en un enfrentamiento

Dionisio Ernesto Celina Etulain y Aurora Juliana Vespa Cruz eran batllistas auténticos y antidictatoriales. Estuvieron atraídos desde siempre por los ideales de libertad y justicia social.
Los primos de mi padre lo carteaban desde San José. Los Díaz Etulain saboteaban las líneas de comunicación del terrismo y tenían “imaginarias” en sus domicilios. De aquellas manos tomé libros de Justino Zavala Muniz, sin entender nada aún.

Después, supe que existe el sagrado derecho de los pueblos a la rebelión contra la opresión. El que los Paco y los Maneiro habían pretendido ejercer para la conquista de la institucionalidad democrática.
Cuando un río de pueblo le dio la extremaunción a los encaramados en el poder desde 1973, abriendo las puertas al acto soberano de 1984, me retrotraje a la sencilla escena de aquel hombre que venía y retornaba por la vieja calle Florida. Y pensé en los nuevos Julio César Grauert que pagaron por nosotros con sus vidas.
Pasa el Sr. Maneiro, pasa la historia con otros actores. La antorcha de la libertad está encendida.-
Post scriptum: Al momento de despachar estar nota de fuente oficial se confirma que los restos de un esqueleto encontrado el 21.10.2011, en el predio del Batallón 14 del Ejército Nacional, ubicado en la localidad de Toledo (Canelones), corresponden al del maestro Julio Castro, desaparecido el 1º.08.1977.
Amigo de Carlos Quijano, fue otro de los cruzados antiterristas. Con 68 años, tras pasar por el suplicio, sus verdugos lo asesinaron disparándole en la cabeza. Atado, fue arrojado en un foso de más de metro y medio, en un lecho de piedra con cal viva.



lunes, 31 de octubre de 2011

PRIMER REGISTRO DEL ESPAÑOL URUGUAYO

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 20.10.2011

Desde hace unos días pueden encontrarse en los anaqueles de las librerías ejemplares de una obra colectiva, muy singular. Se trata del Diccionario del Español del Uruguay (en adelante DEU), trabajo coordinado por la Academia Nacional de Letras y publicada con los cuidados del sello Banda Oriental y la composición gráfica de Zonalibro. Se gestó en un cuarto de siglo de pacientes labores de identificación, análisis, investigación y registro de voces idiomáticas uruguayas que marcan un perfil regional, muy propio, en el marco del idioma matriz.
En 574 páginas aparecen ordenados 9.117 artículos, que recogen 14.057 acepciones y otras 1.000 formas complejas que emplea el léxico uruguayo.
El lenguaje no es una forma pétrea, inmodificable. Por encima de la normatividad que lo coordina, su sustancia está en permanente modificación. El habla se realiza desde el pueblo y puede caracterizarse como un hecho social que va sumando los colores y acentos de muy variadas latitudes.
Los diccionarios generales condensan los significados de los términos y, a partir de sus presentaciones (monolingües y bilingües), surgen los compendios enciclopédicos y, en más, un sin fin por especialidades (v.gr.: filosóficos, jurídicos, científicos, futbolísticos, etc.).
Es de advertir que con una masa de 400 millones de hispanohablantes, esparcidos en el planeta, era inevitable que el castellano despertara nuevos caracteres, moldeados en sociedades de hábitos y culturas diversas.

El DEU puede ser definido como la versión uruguaya del habla rioplatense del siglo XX. No es pues un diccionario general del español, esa comunidad global en el que un hablante se identifica y esclarece dudas cuando acude al Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). El DEU capta formas típicas en el uso escrito y oral del uruguayo, empleadas aún más allá de los límites del país, por habitantes de la zona. Por esto mismo, no es lo que podría ser un diccionario de uruguayismos. Tampoco se trata de una obra acabada, ni perfecta, aunque fue procesada con empeñosa rigurosidad.

Mi fraterno amigo, Don Aníbal Barrios Pintos, formidable paladín en los emprendimientos de la Academia Nacional de Letras -fallecido el 31 de mayo último-, en los coloquios que habitualmente manteníamos me hacía partícipe de los avances de la tarea que estaba llevando a cabo con miembros de la entidad. Y, más de una vez, me repitió que se trataba de un registro serio de usos nuestros, apartado de cualquier nota de fijismo o infalibilidad. Tras ello, con la humildad de los que saben, me preguntaba qué significado le atribuía a alguna voz o giro idiomático pluriverbal.
En la Introducción del DEU se anota que se han tomado vocablos y expresiones de “uso generalizado en todo el país”, así como de “regiones” o que son “peculiares de subgrupos de la comunidad”.
El lexicón incluye: términos procedentes del español con nuevos significados; voces nacidas del uso regional; préstamos de lenguas americanas autóctonas; variantes de vocablos de la región; palabras surgidas a partir de marcas, siglas, cifras, etc.; gentilicios; diminutivos y aumentativos y, sufijos.
Aporta frases multiverbales en que los vocablos y sus colocaciones poseen estructuras estables, que no admiten intercambio (como arroz con leche o régimen de facto), locuciones, enunciaciones y refranes (como ¡araca la cana!; entre bueyes no hay cornadas; ¡para semejante candil, más vale quedarse a oscuras!).
Como es de rigor, contiene anotaciones sobre los criterios de ordenamiento de la pieza.
Para los indagadores ha de resultar de particular importancia la abundante cita de la bibliografía consultada.
Este Diccionario del Español del Uruguay es una magnífica contribución cultural, que fotografía un siglo de las peculiaridades del lenguaje del castellano en la latitud sudamericana y platense.
En escaparates del centro de Montevideo puede verse el precio del libro a $580, siendo que surgió como un proyecto seleccionado por la Comisión del Bicentenario y contó con la asistencia económica del Ministerio de Educación y Cultura y de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Para hacer honor a la sentencia artiguista de “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”, sería atinado librar una edición económica, que llegue con comodidad a maestros, profesores y estudiantes.-

jueves, 20 de octubre de 2011

LENGUAJE DE IZQUIERDA, POLÍTICA DE DERECHA

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 14.10.2011


Es un concepto generalizado que ética y política no van de la mano. Los hechos, siempre testarudos, resistentes y provocadores se encargan de presentar muestras de esta discordancia, debilitadora de las buenas causas que invocan los actores puestos a dirigentes partidarios o gubernamentales.
La levedad de Tabaré Vázquez como estadista acaba de verificarse y no por terceros que hayan criticado sus defecciones. No ha sido la oposición principista de izquierda, ni la de centro, ni la de derecha, la que lo ha mostrado en su verdadero peso específico.

Tabaré Vázquez es quien se ha confesado, sin hesitación de ninguna clase.
Arrojó, sin ambages, su máscara de buen ciudadano y cauto gobernante. No corresponde afirmar de hombre de izquierda porque, en rigor, nunca lo fue.
Bastaría con recordar, apenas, que la prensa de la época registró su saludo ante el advenimiento del dictador Teniente General Gregorio Álvarez. Asimismo, no tuvo empacho en usufructuar becas de estudio del régimen que aherrojaba al pueblo uruguayo.
Aunque los socialistas corran detrás de él para aprovechar su caudal electoral y obtener posiciones, el compañero los abandonó, cuidando de no entregar su traje. Vázquez es, efectivamente, un socialista castrado, sin identificación ideológica marxista.
Por esto mismo, deambula entre la cofradía masónica, las áreas conservadoras de la Iglesia Católica y el profesionalismo empresarial. En su ritual se prosterna ante el Fondo Monetario Internacional y cultiva su amistad con George W. Bush.
Fue ante un grupo de jóvenes de una entidad católica, afín al Opus Dei, en que el expresidente ofreció una revelación insólita y vergonzante: había requerido apoyo al Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ante una eventual confrontación militar con Argentina, motivada por las diferencias relativas al asentamiento de la papelera transnacional ex Botnia (hoy UPM).
Los adolescentes tuvieron el triste privilegio de saber de la concertación y preparación de un acto cesarista, por el que Uruguay propiciaba la intervención de una potencia mundial para un momento de relaciones erizadas con una nación hermana.
Había solicitado la asistencia no de cualquier fuerza, sino de la inductora de los mayores actos de rapiña, en tiempos anteriores y recientes; del país centro rector del espionaje y la ingerencia en los asuntos internos de los demás Estados y propiciador mundial de golpes de estado; del avasallador más actual del derecho internacional y del protagonista brutal de las guerras en curso en Medio Oriente, Europa y Asia.
Este es el perfil más acabado de Tabaré Vázquez. Infirió un ultraje al sentimiento americanista del artiguismo, del que la sociedad uruguaya es depositaria. Escarneció la fraternidad uruguayo-argentina/argentina-uruguaya, patrimonio de dos pueblos fraternos.
Su desvío es, a la vez, una deshonra democrática.
Primero, porque muy pocos habrían estado enterados en el partido de gobierno. Apenas su confidente, el Dr. Gonzalo Fernández, contados íntimos y, los Comandantes de las Fuerzas Armadas, circunstancia que puede apreciarse como no rara…
Luego, porque los demás partidos políticos, ni los parlamentarios estuvieron informados. Asunto tanto más grave, ya que compete a la Asamblea General Legislativa decretar la guerra (Constitución Art 85-7º).
Acrecentando la injuria, también Vázquez atropelló la norma sexta de la Carta Fundamental que estatuye los procedimientos de arbitraje u otros medios pacíficos para zanjar diferencias en el orden internacional. Y la guerra, que se sepa, no es el medio idóneo para procurar la integración social y económica de los Estados Latinoamericanos (que, al estar especificado de este modo en la Carta Magna, no comprende a Estados Unidos).
El progresismo, la nueva toga del izquierdismo oficialista ¿sentará en el banquillo de los acusados a Tabaré Vázquez, pidiéndole cuentas de su conducta oprobiosa?
Esperar esto equivaldría a pedirle peras al olmo.
El expresidente no se arrepiente de su felonía, ni el Frente Amplio siente que deba reprobar esta conducta pro intervencionista.
Por encima de tanta desafección, honremos con actos concretos la fraternidad rioplatense. Exijamos conductas rectas, no hipócritas.
¡Al gran pueblo argentino, salud!

miércoles, 12 de octubre de 2011

SISTEMATIZACIÓN DE LA HISTORIA DE SORIANO

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy - 06.10.2011

-La pluma inteligente y dinámica del Licenciado José Olazarri tiene la peculiar modalidad de difundir la historia de modo particularizado. Acostumbra a poner un haz de luz sobre la intimidad de los hombres y sus familias; hace el registro de voces de personajes reales y aconteceres lugareños. Presenta testimonios. Deja al lector frecuente, como al observador y al investigador, un campo sin tranqueras, listo para la labor de quien analice las costumbres de una época o movilice los instrumentos de la sociología o la historia.
Así, hemos conocido en el Semanario mercedario Entrega 2000 reportajes frecuentes a vecinos que se destacan en distintas actividades, con noticias de la adquisición de sus artes y habilidades, orígenes de oficios o antecedentes genealógicos. Tras el posible halago del entrevistado y el comentario ocasional de la nota, deja una huella que recibirán quienes más adelante sean inquisidores científicos.

Olazarri no es sólo un periodista que sabe concederle esa perspectiva a una de las aristas de la profesión. Incursiona, además, en el terreno complejo de la historia, concentrando los hechos de una región.
Antes había escrito: San Dios, un rincón olvidado de Soriano; Rincón del Cololó. Soledad, chacra y monte; Nombres y lugares de Soriano; Una historia de Los Arrayanes y La tierra y la vida en Soriano, Uruguay.
Con motivo del bicentenario de los hechos patrióticos independentistas, que arrancan con el Grito de Asencio, la editora de Entrega 2000 ha lanzado dos de tres -o más tomos- que insumirá la Breve Historia de Soriano.
Sabido es que los datos y los instrumentos de una ciencia complementan los de otra u otras, en virtud de la integralidad de las cosas.
José Olazarri es un especialista en ciencias biológicas por lo que sus conocimientos son de gran solvencia para un examen en perspectiva sobre el origen del universo y la vida en el planeta; la estructura terrestre, la evolución de las especies y cuestiones conexas.
De algún modo, su trabajo de 2006 La tierra y la vida en Soriano preludia a los dos subsiguientes, los que cubren los períodos que van de 1520 a 1824 y de 1825 a 1880.
La obra de 2006 es ilustrativa y didáctica. Da pie para despertar saberes profundos e interrogantes prevalentes en el mundo científico, ajenas a viejos mitos oscurantistas.
La física, la geología y la paleontología abren las páginas de este gran librito de iniciación, ideal para estudiantes, maestros y profesores. La clasificación de las eras, el amanecer de la vida, los animales y plantas irán desfilando hasta encontrar la tierra del departamento litoraleño, con la característica de su río principal e islas, la presencia humana y la enigmática escultura en piedra, única en su género, conocida como el Antropolito de Mercedes.

La historia de Soriano expuesta por Olazarri, sistematizada por períodos, se inicia en 1520 cuando el conquistador español descubre el curso del Río Uruguay. Los capítulos del primer tomo refieren a la variedad etnográfica de las colonias indígenas, a la conquista, el desarrollo de la ganadería, las primeras fundaciones poblacionales y el desmenuzamiento de los acontecimientos históricos que fueron jalonando la liberación patria.
El tomo segundo parte en 1825, con la Cruzada Libertadora, y abarca la Convención preliminar de paz, la jura constitucional, las primeras presidencias, la Guerra grande, otros mandatos gubernamentales y se detiene en el período del dictador Latorre y sus medidas. Todo con un denominador común que establece lo que acontece con Soriano.
La cronología, así como la bibliografía para la ampliación de cualquier estudio, constituyen aportes de mucho interés.

Destaca José Olazarri que “si bien son numerosas las investigaciones sobre la historia local, esta es la primera vez que se encara una obra de carácter totalizador”. Advierte, también, un factor de complicación para un trabajo de compendio: “la mucha bibliografía dispersa” y las “opuestas interpretaciones”.
Fiel a una noción académica de estrictez, anota que “la verdad absoluta es inalcanzable y que en historia, pocas veces, estará dicha la última palabra”.

Si bien por razones operativas no se consultaron archivos extranjeros, el avance de las comunicaciones ha favorecido el acceso a bibliografías diversas, no conocidas, lo que robustece la tarea autoral.
Antes de librar su trabajo al público, el Licenciado José Olazarri contó con la asistencia de dos investigadores mercedarios, los señores Manuel Santos Pírez y César Hourcade Leguísamo, miembros del Centro Histórico local. Ambos examinaron los originales, coadyuvando en el pulimento de detalles.
Se trata de un trabajo no sólo pionero por su enfoque sino, además, muy consistente en la exposición de una materia apasionante, siempre compleja.
Tiene que ver con la historia nacional, en un reducto oriental donde el acero de las chuzas enseñó a conjugar el verbo del deber por la libertad y la pólvora fraguó el heroísmo del paisanaje combatiente.-

lunes, 29 de agosto de 2011

CAMBIO SOCIAL, CAMBIO EDUCATIVO

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 26.08.2011

He tenido el privilegio de integrar una generación de uruguayos que ha sentido el orgullo de transitar por los andariveles de un sistema educativo que lució sólido. No porque el pasado sea mejor, hoy exhibe signos alarmantes de deterioro y, aún, de decadencia.
Los años de segunda guerra mundial no eran fáciles para la inmensa mayoría de los habitantes. La escuela pública constituía, sin embargo, un gran faro que esparcía conocimientos fundamentales. Tal factor igualaba, democratizaba e impulsaba a más.
Un segundo peldaño, integrado por los liceos departamentales y la universidad del trabajo, formaba en disciplinas científicas, humanísticas y en oficios con fundamentos tecnológicos.
Llegar a la Universidad de la República era una meta que demandaba esfuerzos a las familias laboriosas, menos proclives a alcanzarla.
Quienes pudimos integrarnos a su ambiente aquilatamos que ella era una altísima fuente del saber, hecha para ir de la mano con un país soberano y pujante.
Cursando la denominada enseñanza media y haciéndonos ciudadanos militantes, discutíamos las cuestiones de la educación. Pude intervenir activamente en los ámbitos gremiales con legiones de estudiantes, y en simultánea, en los políticos, haciendo armas en la defensa de ideas. Muchas, atinentes a esa socia inseparable del aprender que es la cultura.
Podría recordar la discreción de los docentes que nos concedían su simpatía. A veces, sin poder evitar venganzas reaccionarias, que caían sobre nosotros por el ejercicio del libre pensamiento y la acción.
Las universidades fueron y deberán ser incubadoras y difusoras del conocimiento y la investigación. Su nombre proviene del latín: universitas magistrorum et scholairum. Equivale a gremio y unión de maestros y estudiantes, para una protección y beneficio mutuo, en base al saber.
No fue casual que la Reforma Universitaria de Córdoba, de 1918, rompiera moldes escolásticos y que, conforme a una tradición liberal combativa, los universitarios uruguayos, en 1958, encabezados por el Rector de la Universidad, Dr. Mario Cassinoni, demandáramos la sanción de la ley que fijó el gobierno interno de la casa mayor de estudios.
Salvando distancias, otra digresión muy personal. Tampoco pudo resultar extraño que jóvenes, que me antecedieran en los inicios liceales, fundaran una entidad que se llamó Centro Universitario Mercedes (CUM) y que su órgano periodístico llevara por nombre Cumbres.
Prevalecía en dicho núcleo la vieja noción de gremio, de unión y protección de valores. En las huelgas estudiantiles la defensa de la educación y la cultura y la solidaridad eran irreductibles.
Un cambio social negativo, acentuado desde el tiempo dictatorial, con nuevos y profundos pozos, trajo la declinación de la educación pública uruguaya.
La nueva izquierda, con perfil socialdemócrata, no sólo no tiene capacidad de gestión, sino que carece de un programa. Cultiva un partidarismo craso, en general con gente incompetente. Es más de lo viejo y malo conocido.
Cambió el mundo, cambió la composición social del país. Las instituciones educativas son un soporte poco adecuado para niños y jóvenes. Se trillan fórmulas obsoletas y se crean nidos burocráticos. No existe capacidad de reacción. No se crea, no se innova. Un pragmatismo cursi juega contra cualquier teoría de transformación.
La Universidad pública se fue adormilando, entre la falta de recursos y el oficialismo de última generación. La ley de 1958 fue desaprovechada y anulada de hecho.
El rector los decanos ¡al fin! han sacado sus pañuelos para mostrar la catástrofe.
Los datos quiebran el sueño de un país autónomo, estructurado sobre un sistema educativo inteligente. Duro es verificarlo.
Una evaluación en cuatro áreas que comprenden matemática, física, química y comprensión lectora, de estudiantes ingresados a la Facultad de Ingeniería en 2011, mostró nuevas caídas respecto del año anterior. Egresan cojitrancos de la enseñanza media.
En 2010 el 16,1% obtenía suficiencia en la prueba y sólo un 4% llegaba suficiencia simultánea en los rubros antedichos. Ambos guarismos se desplomaron en 2011, arrastrándose hasta el 8,3% y 2,3%, respectivamente. El informe establece que en comprensión lectora el 81% de los noveles universitarios no pudieron identificar la idea principal de un texto. En matemática la dificultad es superlativa, casi insanable: sólo un 4% llegó a demostrar suficiencia. Los porcentajes están todos en baja respecto de evaluaciones que parten de 2005.
En Facultad de Medicina los estudiantes revelaron pobreza de léxico. Tienen un arsenal de 400 o 500 vocablos. “Cervantes usó unos 7.000”, recordaba un consejero. En la de Ciencias, el empeoramiento es similar en sectores esenciales como los mencionados.
Compárese. Un país desarrollado aplica al campo de la investigación y afines un 2 por ciento de la población económicamente activa. En el Uruguay -de las inversiones foráneas- no se llega al 1 por mil…
La retrogradación educativa lleva a un cambio social negativo. Del mismo modo, un sistema de enseñanza fresco, renovado y funcional al interés popular, alentará cambios sociales para una sociedad soberana y democrática.
Don José Pedro Varela lo tenía muy claro.-

domingo, 28 de agosto de 2011

AL CÉSAR, LO QUE ES DEL CÉSAR

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 22.08.2011

El viejo aforismo latino que expresa “Al César lo que es del César; a Dios lo que es de Dios” se orienta a establecer un distingo entre la esfera del poder temporal, que hace al gobierno de los hombres, y la jurisdicción religiosa, vinculada a la noción de un poder ultramontano. La diferenciación supone una marca que escinde dos ámbitos, lo que con el andar de los siglos separa el poder etático del religioso.
También, es cierto, que existe una acepción -menos filosófica, digamos-, muy socorrida, en virtud de la cual se aplica el aserto al sólo efecto de reconocer a una persona algún mérito, de carácter puntual, sin perjuicio de otras apreciaciones que se puedan realizar. Por ejemplo, en materia de conducta política.
De este modo, en forma abreviada, se manifiesta “Al César, lo que es del César”.
Pero ¿cuál es el asunto y la persona?
No fue emperador. Tuvo un momento de cesarismo como gobernante capitalino. Su intento de avasallar derechos del personal municipal costó cifras millonarias a los contribuyentes de Montevideo.
De profesión arquitecto, no ha sido -que se sepa- un Fidias: más, como este, corrió riesgo de prisión, por una gestión controversial en los casinos dependientes de su comuna.
De vocación andariega, fue bautizado por la opinión pública como un Marco Polo político por abandonar el cargo público confiado por la ciudadanía, dedicando tiempo y dinero en navegar de aeropuerto en aeropuerto.

El Arq. Mariano Arana, desaparecido de un movimiento sui generis llamado “la Vertiente”, luego de flotar en silencio como en una barra de hielo, acaba de pronunciar unas mínimas palabras.
Antes, como profesor usó el pupitre para cuestionar el arrasamiento de la memoria urbana, cuando la dictadura cívico-militar facilitó la destrucción de parte del patrimonio arquitectónico uruguayo.
Perdida hoy su vigencia como figura del gobierno frenteamplista, ha formalizado una denuncia pública. Categórica. Casi levantisca. Viene a sumarse a las voces que cuestionan el entorno de directores y burócratas de la nueva clase que acompaña a Ana Olivera.
La Intendencia de Montevideo, en forma contraria a derecho, ha venido autorizando la demolición de inmuebles emblemáticos de la ciudad, reiterando una práctica que antes fuera repudiada.
La acusación de las autorizaciones para depredar edificios -de diversas épocas y estilos- fue documentada en fotos, cedidas por el ex munícipe a amigos de la prensa opositora.
Parece difícil argüir ignorancia y falta de competencia de técnicos municipales, con títulos emitidos por la Facultad de Arquitectura de la UDELAR.
Alguien debería explicar cómo y porqué se dio vía libre a los emprendedores…, cuando están en vigencia ciertas normas inhibitorias que debieron frenar topadoras y martillazos devastadores.
La comuna, sorda, ciega y muda, nada tiene para manifestar.
Puede extrañar que Arana ponga el grito en el cielo.
Pecador contumaz, tiene bastante para quemarse en las llamas de su infierno. Sin embargo, cuando hoy está lanzando fuego contra el gobierno de su partido, no hay tribunal que lo pueda condenar.
Su verdad fotografiada luce de testamento. “Al César, lo que es del César.”
Como puede verse, todo es casi gracioso.-

lunes, 8 de agosto de 2011

FLOR DE FANGO

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 05.08.2011

Como custodiando al noble edificio de la Universidad de la República, sede de la Facultad de Derecho, la calle Tristán Narvaja une la Av. 18 de Julio con La Paz.
Los domingos, desde hace decenas de años, esta vía se colorea con el murmullo de la gente y el vocinglerío de los vendedores. Cobra fisonomía una gran feria popular, la más clásica del Uruguay.
Expandida hacia los espacios adyacentes, enmudece los restantes días de la semana. Sin embargo, algún vendedor con un improvisado muestrario de objetos viejos, ensaya en solitario la posibilidad de alguna venta.
La calle -que recuerda el mérito del codificador del derecho civil- escalona comercios, predominando las librerías. No faltan títulos de ninguna clase, casi de todos los tiempos.
Libros viejos, muchos sin especial significación, ocupan en días laborables mesas apostadas al paso de los transeúntes. Ofertas económicas y desvencijadas. Unidades a limpiar y reparar.

Acumulando años de existencia e, inevitablemente polvo, acabo de encontrarme con una de nominación tanguera: “Flor de Fango”.
Apenas tiene la señal de haber sido editada en Buenos Aires. En la tapa muestra un retrato al grafo de una bella mujer. Nada le hubiera envidiado a Marylin Monroe.
Mi primera sorpresa fue que no se trataba de ninguna historia emparentada con la música rioplatense de antaño. La segunda tuvo que ver con su autor: Vargas Vila.
De él nunca había visto libro, ni oído a quien lo hubiera leído. No obstante, pude rememorar que en mi infancia Vargas gozaba de popularidad. Se hablaba bastante de él. Mi recuerdo no llega a más.
Cuando los receptores de radio tenían difusión limitada, la telefonía era escasa y de la televisión no se tenía la más remota idea, los discos de pasta para gramófonos y las ediciones baratas de libros y revistas tenían excelente circulación.
¡Y vaya si aquella fama, hoy entrada en el más absoluto ocaso, estaba fundamentada, aunque las comunicaciones estuvieran espaciadas!

La contratapa del libro antiguo, sin pie de imprenta, ni fecha, se limita a anunciar la “Biblioteca de Obras Completas de Vargas Vila”, sin siquiera dar cuenta de su nombre de pila. El número uno de la serie corresponde a la citada en el inicio de esta nota. La 2 se denominaría “Los Césares de la decadencia”.
Un rasgo de la profusa literatura de José María Vargas Vila Bonilla fue su ampulosidad y, en lo político, su antinorteamericanismo y militancia anticlerical. Un liberal radical, con visos de anarquista.
Así describe en “Flor de Fango” la muerte de la maestra, en párrafo del final: “Un fulgor blanco despuntó en el cielo, cual si el ala de un pájaro de nácar hubiese roto la cortina umbría; y, allí, contra el muro, cerca de la reja, Luisa estaba muerta… Allí estaba, como una mirla blanca caída del nidal; como una rosa mustia que el viento arrebató de la rama florida. ¡Salve Virgen!”.La mujer había padecido un desprecio que la tildaba de pecaminosa…

El proficuo autor colombiano nació en Piedras (Tolima), en julio de 1860. Falleció en la generosa Barcelona, en mayo de 1933. Los fulgores de su acción comenzaron a extinguirse en las postrimerías de la Segunda Guerra. Nuevos usos e ideas lo desalojaron de la escena.
En 1898 ejerció funciones diplomáticas para Ecuador ante Roma. Negó arrodillarse ante el Papa León XIII, afirmando “no doblo la rodilla ante ningún mortal”. A raíz de su novela “Ibis” el Vaticano lo excomulgó en 1900.
Fundó en Nueva York, en 1902, la revista “Némesis”, tribuna de crítica a las dictaduras latinoamericanas y a los Estados Unidos por la ocupación de Panamá (Enmienda Platt). José Martí compartía sus columnas. Con motivo de su invectiva antiimperial de 1903, rotulada “Ante los bárbaros”, es expulsado del país norteño. En 1904, junto a Rubén Darío, vuelve a las funciones diplomáticas en España, para Nicaragua.
El gran Darío le dedica dos poemas: “Propósito primaveral” y “Cleopompo y Heliodemo”.
Maestro y soldado partícipe en luchas civiles, conoció tempranamente el exilio, que llevó como marca de su vida intrépida. Inscripto en la escuela modernista, cultivó la crítica punzante y la sátira ilustrada. Sobrepasó las cien producciones.
“Mi viaje a la Argentina” habría sido escrita en 1924. “José Martí, apóstol y libertador” vio luz recién en 1938, un lustro después de su muerte. “Flor de fango” venía de mucho antes. De 1875.
En la contratapa del viejo libro hallado, decía el editor bonaerense que se trataba de una “exaltación de la carne que se vende y se da”… Casi una provocación subliminal, a contraflecha de la moral porteña prevalerte.
José Vargas Vila sentenció de sí mismo: “Mi pasión por la libertad ha devorado mi vida”.
La calle Tristán Narvaja me llevó muchos años atrás, permitiéndome conocer a un rebelde formidable.-

miércoles, 3 de agosto de 2011

DE LOS OFICIOS POLÍTICOS - CUIDADOR DE CHACRA

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 31.07.2011


Los ciudadanos que acceden a cargos de representación mediante el voto, por regla general, vienen de ejercer profesiones, oficios u ocupaciones variadas.
Esto es lo conocido. Cada uno de nosotros tiene una idea de la actividad que ha caracterizado a un presidente, senador, intendente, diputado, edil, etc.
Como la fase oculta de la luna, que no deja ver lo que está detrás de la parte visible del cuerpo, así, algunos políticos disimulan vínculos con determinadas redes.
El dictador Gregorio Álvarez, sorprendió a la opinión pública cuando, más allá de su doble calidad de castrense y presidente de facto, se declaró “patrón de pastoreo”, por un tema de vacas que le permitiría acceder a una triple jubilación.
Salvando distancias, no faltan personajes que en democracia custodian celosamente sus ámbitos de influencia. Con una misma particularidad: cuidan no exhibir aristas reveladoras de sus debilidades metamorfoseadas (poder, codicia, etc.).
El socialdemócrata Dr. Tabaré Vázquez cuando accedió a la presidencia de la república mantuvo su cargo de especialista en oncología en la Asociación Española. No declinó su empleo. A su vez, el gerente general de la mutualista, Don Oscar Magurno, exdiputado del Partido Colorado -y como Vázquez miembro de la sociedad masónica-, fue nombrado presidente de la Comisión Honoraria de lucha contra el cáncer, de la que antes había sido tesorero.
Ya, en el instante en que se creara este organismo, Vázquez se movilizaba para que especialistas afines a su círculo, ocuparan puestos directivos.
Tengo buenas razones para recordarlo. Me lo revelaron actores de la época con los que tuve vínculos políticos. Tanto como que elaboré el proyecto original con el que trabajó la Cámara de Diputados, a solicitud de los Dres. Prof. Emérito Yamandú Sica Blanco y Marcos Carámbula. Fueron de mi autoría el texto de la iniciativa, así como la exposición de motivos, inspirada en antecedentes aportados por el Sindicato Médico del Uruguay.
En el trámite de la ley participó, subsiguientemente, el senador colorado Adolfo Singer, hasta el nombramiento de las primeras autoridades. Desde entonces Vázquez marcó presencia
En esta línea, bajo su presidencia, se friccionó la relación con los excelentes especialistas oncólogos del Hospital Pereira Rossell, lográndose su apartamiento y sustitución por miembros del grupo vazquista.
A la salida de Oscar Magurno de la Comisión Honoraria citada, la Dra. María Julia Muñoz -alter ego del político socialdemócrata-, es incrustada en el cargo vacante.
No es el último hecho.
Una vez más, la sombra de Vázquez reaparece, sigilosa y casi inocentona, en el teatro de batalla.
Primero, emerge como convidado de piedra en la toma de posesión de los noveles jerarcas del Ministerio de Salud Pública. Reparte algunos saludos. Abraza al Sub Secretario, de profesión es oncólogo.
Si fuera un hilandero podría decirse que no deja escapar un punto…
En otros actos, originados en recambios en el gabinete, su ausencia marcó la diferencia, aunque se tratara de correligionarios. Por la razón del artillero: ¡Fernández Huidobro podría ser un avezado militar, más no sabría cómo atacar un tumor maligno!
Segundo. Invitado por el Partido Socialista -a cuya afiliación renunciara- fue presentado en una cena benéfica de lujo, cumplida en los elegantes espacios del Fantasy Garden – Mel Rose, en el residencial barrio de Carrasco.
Desde la tribuna, en polémica indirecta con Danilo Astori, manifestó que no existe crisis en el Frente Amplio, pero… llamó a cerrar filas.
Sin que lo declarara, los hechos conducen a interpretar que su candidatura entró en campaña hacia las venideras elecciones.
¿Sus objetivos? Mostrar que existe, reordenar fuerzas y asumir el liderazgo en el lema multicápite.
Por ahora, indisputable en el área de su especialización médica, se muestra apuntalado con un séquito de referentes políticos. Silenciosamente relega, una vez más, a su amigo Astori y viene hacia el ring.
¿Lo espera la misma suerte que a la malhadada Crhis Namus?
Sabido es que hay cruzadas que se pueden ganar a lo Pirro…
Y, no es menos cierto que, “no por mucho madrugar se amanece más temprano”.-

lunes, 1 de agosto de 2011

¡NO CORTAN, SÓLO PINCHAN!

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy - 25.07.2011

La nueva izquierda gobernante ha prohijado un conjunto de especimenes de esencia típicamente conservadora, con mera aptitud para el discurso y sólida preparación para ocultar su carencia de principios.
La circunstancia de haber estado asomado al escenario político en décadas me ha permitido conocer desde sus orígenes a muchos de estos actores, volcados con fruición al oportunismo. En particular, orientados a la obtención de cargos, viajes, entretejidos sectarios para posesionarse de esas y otras ventajas. Se trata de una masa de sujetos que conforman un conjunto fungible, cuyas prácticas no difieren de aquellas que siempre fustigó la izquierda ética uruguaya.

El Vicepresidente Danilo Astori aboga por una especie de refundación del Frente Amplio que, en rigor, numerosos personajes de su grupo han contribuido desnaturalizar con actos de nepotismo, utilización de dineros públicos para periplos de toda clase, creación y reparto de cargos de particular confianza a granel y otras lindezas.
¿Qué podría esperarse de estos reformistas? Sólo la acentuación de la declinación política.
No se trata sólo del aprovechamiento personal de la circunstancia de estar al calor del gobierno, engordando con desayunos y almuerzos de trabajo, suplicando en encuentros multinacionales como los del Hotel Conrad y no perdiendo celebraciones en embajadas. Son muchos los que ahora, peinados con fijador, muestran su transformación preferida: la del abdomen.
En su deslizamiento hacia la derecha, es de recordar la afirmación de Astori, de agosto de 2005, cuando sostuvo: “Para hacer algo en serio por los uruguayos que viven en la indigencia, es que necesitamos hacer los acuerdos con el FMI…”

Antonio Elías, académico de la UDELAR, Master en Economía, ha concluido que “el paquete económico neoliberal sigue teniendo una influencia determinante”, ante la prosternación del partido gobernante.
Según este estudioso, corroboran su conclusión un conjunto de elementos, que cita: “Las leyes de defensa de la competencia, la desmonopolización de mercados en que participaban empresas públicas estratégicas como ANTEL y ANCAP, el desmantelamiento del Banco Hipotecario, el fortalecimiento y ampliación de las zonas francas, el acuerdo de protección “recíproca” con Estados Unidos, el impuesto a las retribuciones de las personas físicas dual (donde pagan los trabajadores y quedan exceptuados los capitalistas) y, la frutilla de la torta, el intento de firmar un TLC (Tratado de Libre Comercio) con Estados Unidos, se transformaron en políticas de “izquierda”…
Al listado expuesto podrían agregarse más referencias.
Agrega el economista que la lucha contra los sectores del statu quo quedó de costado, trocándose por la de un “capitalismo en serio”, cuyos únicos resultados apuntan a “la concentración y centralización del capital, con su contrapartida de exclusión y marginación social”.
Asimismo, ha recordado que un ejemplo de sometimiento al capital foráneo lo ofrece el manejo de la deuda pública y su servicio. Afirma que ello “consolida y cimienta, con bases firmes y casi indestructibles, la concentración del ingreso y la pobreza”.
En esencia, prevalecen las viejas condiciones subordinación. Las migas que arroja el oficialismo sólo ofrecen una ilusión engañosa. No cambian nada.

La pseudo izquierda es una fuerza claudicante. No corta. Es oportunista. Pincha, picotea para sí. ¡Cómo un ave de corral!

domingo, 24 de julio de 2011

JUAN MARÍA BORDABERRY, DICTADOR EN EL “PATIO TRASERO”




Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 17.07..2011



Tras la finalización de la 2da. Guerra Mundial los Estados Unidos procedieron a realinear sus fuerzas en el mundo. América Latina, considerada “patio trasero” de ese imperio colosal, no escapó al designio hegemónico y, desde los años 50, fue cubierta de dictaduras.
Por entonces, la institucionalidad democrática uruguaya se consideraba invulnerable, en opinión mayoritaria. No compartía tal impresión, sin perjuicio de la valoración indubitable que siempre sostuve acerca de un sistema con libertades públicas aseguradas.
Más allá de esta cuestión política, la economía no daba signos de vigor. El clamor social iba abarcando distintos estratos, volcados a demandas reivindicativas.
La Revolución Cubana, con la guerra de guerrillas, concluye con el derrocamiento de Fulgencio Batista, en 1959, e instaura un programa de cambios. Pero, ni la situación, ni la metodología, podían ser asimilables al caso uruguayo.
Lo sostuvo Ernesto “Ché” Guevara en la Universidad de la República, en una noche salpicada con la sangre del profesor doloreño Arbelio Ramírez y una represión orquestada por el gobierno del Partido Nacional en la Av. 18 de Julio. No me lo contaron. Estuve allí.

Los tupamaros, mediante procedimientos clandestinos, protagonizan actos de sensación, que sensibilizan a estratos de la población. Denuncian la connivencia de algunos políticos con la banca y las clases altas, sumando su voz a registros parlamentarios de la izquierda. Posteriormente el nuevo agrupamiento entra a operar como una incipiente fuerza militar, de extracción y manejo urbano.
Tal metodología era ajena a la línea general de los Partidos Comunista y Socialista, definidos ya como marxi-leninistas. Es de recordar, asimismo que, tras la cuestionada elección nacional de 1971, el 1º de marzo de 1972, asume como Presidente, ante la Asamblea General Legislativa, Juan María Bordaberry. En dicha instancia el diputado Rodney Arismendi rasga el velo del pichón de dictador, espetándole: ¡Perjuro!

Bordaberry llegó de la mano colorada de Pacheco Areco, como antes había sido senador chicotacista, por el lema Partido Nacional.
Su debilidad política precisó de una alianza: el Pacto Chico. Lo apoyaron todo el Partido Colorado (con J. Batlle y J. M. Sanguinetti), menos Amílcar Vasconcellos y Ponciano Torrado y, los blancos baratos, esto es, los echegoyenistas, heberistas y beltranistas, exceptuando al grupo mayoritario compuesto por los sectores de W. Ferreira Aldunate y C. J. Pereira.
Símbolo de la variopinta alianza es el Plan de Desarrollo Económico, catapultado por los colorados Ricardo Zerbino y Alberto Bensión. Alcanza aprobación bajo la usurpación iniciada el 27 de junio de 1973.

En 1972 los tupamaros intentan el copamiento de pueblo Soca y responden al Escuadrón de la Muerte. Exterminan a varios represores, algunos miembros de la logia criminal. En paralelo, 15 presos tupamaros se evaden de la Cárcel de Punta Carretas, cavando un túnel.
La Asamblea General, con votos colorados y blancos suspende las garantías sobre seguridad individual (Artº 31 de la Constitución) y dicta la ley sobre estado de guerra interno, allanándose a las pretensiones militares.
Inmediatamente, las denominadas Fuerzas Conjuntas invaden el local de la Seccional 20 del Partido Comunista, acribillando a 8 ocupantes pacíficos. Los senadores D. Ortiz (nacionalista) y E. Paz Aguirre (grupo de J. Batlle) ajustan el texto de la Ley de Seguridad del Estado, ampliando las facultades de la justicia militar.
De aquí en más, la fuente de la sevicia castrense siguió derramándose sin pausas.
W. Ferreira Aldunate, reconociendo el error de haber acompañado esta ley malhadada, poco después pudo levantar su cabeza para sostener con franqueza republicana: “Nos equivocamos”.
La aventura militar tupamara, como racionalmente era previsible, colisionó estrepitosamente contra un aparato profesional que, por añadidura, tenía la inspiración y el soporte del Pentágono. Ciertos militares blancos, como el Gral. Ballestrino, se reconocían nazistas.
El 27 de junio de 1973 es una fecha ignominiosa. Y, como la dictadura de 1933, marcó el apellido Bordaberry. Aunque no sólo a ellos.
Las personalidades inciden en la historia y no quedan relevadas de responsabilidad, por más que el tiempo pase. Sin embargo, la historia es más porque es un proceso, multicolor, cambiante, infinito. Permite ver lo pequeño y lo grande de los hombres. Lo accidental, lo permanente y la lucha por la libertad.
Como al evocarse la fecha ha habido registros parciales y edulcorados, me pareció oportuno recordar lo que conocí de primera mano.

Al pasar raya, los dictadores son los insignificantes. Sirven intereses mezquinos. Están de espalda a sus pueblos. Más, estos marchan majestuosamente -como se dijo alguna vez-, lenta en términos humanos, aunque de modo irrefrenable en el tiempo histórico.-

sábado, 2 de julio de 2011

RETRATO AL CARBÓN DEL SEÑOR PRESIDENTE

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 15.06.2011



No por ser muy antigua la técnica pictórica del retrato al carbón deja de tener actualidad.
Refiere a una forma de descripción de un individuo por sus cualidades físicas y morales.
El carbón deja los rasgos del personaje, negro sobre el blanco de la cartulina.
De este modo el politólogo de la izquierda oficialista Daniel Buquet, Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad de la República y Doctor con especialización en Ciencias Políticas, graduado en México, accede a un reportaje en la revista Socio Espectacular distribuida semanas atrás. El título es expresivo: El FA dominado por el ala radical; el gobierno, por el ala moderada.
Se trata de una extensa e interesante nota que, por encima de cualquier diferencia, rescata las cualidades de quienes no claudican del pensamiento autónomo en pro del seguidismo en boga y apuntan a exámenes razonados de la realidad.
Preguntado sobre qué balance efectuaba del gobierno encabezado por José Mujica, al cabo del primer año del segundo ejercicio del Frente Amplio, con las expectativas de un giro a la izquierda y de la predisposición de este a reflexionar sobre innúmeras temáticas, responde el analista:
-“…La candidatura de Mujica surge como el resultado de una disputa interna en el Frente Amplio ante lo que podríamos llamar un ala más moderada y otra más radical. La candidatura de Mujica es impulsada por esa ala radical, con la expectativa de un giro a la izquierda que el propio Mujica alentó en su campaña, no digo sólo la campaña hacia la interna sino en todo ese proceso. Pero, acá pongo un matiz, porque apenas termina la elección interna y gana, luego que se concreta la fórmula y se lanza la campaña hacia la elección nacional, desaparece la promesa de giro a la izquierda.
Fue básicamente con la promesa de la continuidad. Los centros de la campaña electoral fueron: el Frente Amplio es un equipo, no es una persona ni dos personas; el Frente Amplio promete seguir las políticas del gobierno de Tabaré Vázquez y, además, la campaña lo que hizo fue defender los logros, los éxitos del gobierno anterior. No hubo, más allá de dos o tres cuestiones que en el Congreso del Frente se metieron en el programa…una propuesta concreta, formalizada, de giro a la izquierda. Lo que había sí, seguro, aunque no sé en qué medida, era una expectativa de giro a la izquierda por parte de mucha gente. No sabemos cuántos.
Pasado un año desde que Mujica asume, creo que una primera constatación es que Mujica, ni por la forma en que armó el gobierno, ni por el tipo de cosas que ha venido planteando, tiene una agenda de giro a la izquierda…”

El Lic. Daniel Buquet, ahora aborda la modalidad con que el Presidente se conduce desde el poder:
-“El estilo tiene distintos aspectos que son complementarios. Empecemos por “la pinta”. Mujica se trabajó a lo Menem en su transformación en candidato y, luego, en Presidente, prolijando mucho su aspecto físico sin perder la identidad, sin hacer un maquillaje absoluto. Me hacía recordar mucho a Menem cuando se iba recortando las patillas de a poco… Bueno, Mujica se empezó a peinar, a afeitarse todos los días, a no usar una campera de nylon, en fin, a estas cosas. Está claro que quiso acercarse a la idea de una imagen presidencial sin perder su característica.
Lo otro que tiene Mujica, como rasgo, es una especie de incontinencia verbal, le gusta hablar y le gusta decir lo que se le ocurre en el momento…”

Después, el politólogo remata con algunos conceptos como estos:
-“Mucha gente expresa que Mujica le gusta porque dice lo que piensa. Para contrarrestar eso, digo: ¡No, el problema es que no dice lo que piensa, sino que habla sin pensar! No es cierto, es una forma irónica de referirme. Lo que quiero decir es que para un político, y sobre todo para un presidente, decir algo incluye riesgos. Entonces, da la impresión que Mujica no cuida lo que va a decir, no reflexiona antes de decirlo pensando “bueno ¿qué consecuencias me puede traer esto?...”
-“Creo que Mujica se da cuenta que eso puede ser problemático; no lo elimina no voy a decir que porque es una fuerza psicológica interna indomable, sino que también le gustará mantener un estilo y mantener su peculiaridad, porque es parte de su capital político. Pero es cierto y, es un dato muy relevante que, a lo largo del año pasado se mostró una sensible disminución de su popularidad…”

Concluyendo: tenemos un presidente transformista, montado sobre una hamaca. Ejercita un juego de vaivén. Unas veces de acerca a los tirios, otras a los troyanos. No gestiona los asuntos públicos. A lo sumo, los comenta. Está hecho a la medida de la preservación del statu quo, del freno al cambio.
¿Y el Frente Amplio? ¡Bien, gracias!

martes, 7 de junio de 2011

LOS COMPROMISOS DE LA PRESIDENTA DILMA ROUSSEFF

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 05.06.2011

Una primera y especial consideración. Debe considerarse como un hecho auspicioso que gobernantes de países democráticos vecinos estrechen vínculos, confeccionen agendas de cooperación y movilicen proyectos de recíproco interés.
No es tarea sencilla, para un Estado de la pequeña dimensión del uruguayo, sentarse a la mesa de negociación con quienes manejan economías de gran escala.
Se trata de un desafío ineludible, con prevención que deberá encararse con trabajos inteligentes, inagotable perseverancia y sentimiento de soberanía. Nada de “ir colgado”, como apéndice, “en un estribo” de una potencia arrolladora.
La Sra. Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, preludió su reciente visita a Uruguay con una nota de corte informativo en la que expuso conceptos acerca de lo que anuda la relación bilateral de los dos países. A la vez, se detuvo en algunos emprendimientos conjuntos. No dejó de mencionar cuestiones atinentes a la política regional e internacional.
Así, señaló su compromiso con el permanente fortalecimiento de nuestra asociación, esclareciendo que esta alianza se sostiene por intereses comunes y complementarios, como por la identificación de nuevas oportunidades.
Cita los vínculos afectivos e históricos compartidos que, como se sabe, tienen un perfil de mayor intensidad al norte de Uruguay y al este, en la zona atlántica. Se obliga a incentivar los mecanismos existentes, en particular, de la denominada Nueva Agenda de Cooperación y Desarrollo Fronterizo, con enunciados atinentes a las áreas de salud, educación y seguridad, a más de las de saneamiento y medio ambiente.
Una digresión: Al respecto, desde el 2000, escribí no menos de 70 artículos, acogidos por el semanario Liberal de Santa Vitória do Palmar (Rio Grande do Sul) y en Tribuna Atlántica, una columna del portal Chuynet.com, la mayoría vinculados a conveniencias recíprocas en los entronques brasileño-uruguayos. Si el papel es resistente, la “clase política” ha demostrado lo que es la lenidad, ese tranco lento, similar a la indiferencia.
La presidenta del país norteño, deteniéndose en el momento histórico, caracterizado por el crecimiento económico y la estabilidad democrática que se vive en cada país, manifiesta que los empresarios brasileños están demostrando un creciente interés por Uruguay.
A continuación, efectúa una acotación que adquiere significación conceptual, viniendo de quien viene. Este es el párrafo: La integración de nuestros países no puede darse solamente por la adquisición -por firmas brasileñas- de activos uruguayos, sino por una articulación productiva de nuestras economías, orientadas hacia el futuro y, por esa razón, centrada en la innovación.
Luego de mencionar que en 2010 el intercambio comercial alcanzó el valor récord de 3,1 millones de dólares, aumentando la colocación de manufacturas uruguayas, apunta que Brasil es el “principal proveedor de Uruguay y el principal destino de los productos uruguayos."

La intensificación de las relaciones pasará por nuevos encuentros presidenciales, como de funcionarios de rango y por el seguimiento de la actividad de la Comisión de Planeamiento Estratégico entre los dos estados.
Rousseff pasó revista al acuerdo para el aumento de la capacidad de transmisión de energía eléctrica, mediante la línea San Carlos-Candiota; puente sobre el Río Yaguarón, conexión férrea Cacequí-Santana do Livramento y Rivera-Montevideo, implementación de la hidrovía con llegada a la Laguna Merín y de la realización de estudios para un puerto regional atlántico. Entre otros puntos, destacó la necesidad de acelerar laboratorios de biotecnología, nanotecnología y televisión digital (tras la adopción por Uruguay de la norma Isdb-T). La falta de concreción de varios proyectos viene de bastante atrás.
En el plano internacional hay dos destaques principales. Consolidación de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y reforma e integración del Consejo de Seguridad de la ONU, que le otorgue un sillón a Brasil. También, realizó una alusión al discutible estacionamiento de tropas en Haití.
Reivindicó el modelo democrático de crecimiento económico con inclusión, que parece tornarse un emblema común de los dos gobiernos, lo que desde la propia izquierda, tanto en Brasil como en Uruguay, se le ha criticado por tibio al Partido de los Trabajadores de Lula Da Silva, como al Frente Amplio.
Si esta carta de intenciones de la Sra. Dilma Rousseff se ejecuta, habrá continuidad en el enfoque del “progresismo” cisplatino, más negocios para los inversores externos, un “despertar” y un leve alivio para la gente que vive de su trabajo diario. Por fuerza, una facilitación del acercamiento de nuestros pueblos. Esto puede resultar en una ventana al porvenir no inmediato, a acciones transformadoras de los modelos imperantes.-
Cambio sustancial no habrá, más no correspondería mirar con indiferencia lo prometido. Entre otras cosas, porque el pan de la gente siempre importa.

CAMINANDO POR EL PRETIL

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy - 25.05.2011

Hechos reiterados, relativos al quiebre formal de la división de poderes, han sido obviados políticamente, lesionando una prestigiosa tradición republicana, hasta ahora seguida en el país.
La culpa puede repartirse por partes entre el Presidente José Mujica y el Frente Amplio y una oposición a la que las ovejas le pasan por entre las piernas.
Veamos de qué se trata.
La división de poderes en el sistema institucional democrático-republicano uruguayo está resguardado por disposiciones que tutelan el grado de independencia y autonomía de cada una de las tres ramas: ejecutiva, legislativa y judicial.
Cierto es que, la premisa de Montesquieu -acogida por la Constitución Nacional-, se baña en las aguas de la política que, con su variados intereses, penetra los resortes del poder etático, al decir del eminente constitucionalista Barbagelata.
No es ocioso recordar que el Presidente de la República ejerce ciertas potestades legislativas; la Suprema Corte de Justicia y Tribunales de Apelaciones se designan por el órgano multipartidario denominado Parlamento. A su vez, este mismo Poder Legislativo tiene algunas facultades recortadas y está inhibido de dictar normas sin la iniciativa del Poder Ejecutivo en materias determinadas y, aún, para elaborar ciertas leyes.
La separación de poderes no es, pues, absoluta. Hay vasos comunicantes, más allá de la especificidad genérica asignada a los órganos.
La tradición de funcionamiento de ellos hace que sus titulares asuman los roles desde sus respectivas sedes, cuidándose cada uno de no ser manejado, o siquiera sospechado de interferencias, presiones, dictados u órdenes.
Recuérdese que la dictadura “cívico-militar” -que padecimos desde 1973, con el coloradismo bordaberrysta y los “blancos baratos”-, pateó y tiró por la ventana a Montesquieu y, bajo las botas, unificó el poder en el Estado. Lo hizo uno, absolutizándolo.

Los cuerpos legislativos emanados de las urnas siempre fueron celosos custodios de sus potestades, frenando cualquier ingerencia extraña. Así, los secretarios del Poder Ejecutivo concurren al Parlamento en casos de ser invitados o citados a dar informes; los ministros de justicia son requeridos para temas legislativos, pero no para abordar situaciones jurisdiccionales.
La fidelidad a la Constitución se le toma a cada presidente electo en el seno de la Asamblea General, integrada por los representantes populares de los partidos. Sólo en actos protocolares ingresan al Poder Legislativo delegados de potencias extranjeras. Con el Frente Amplio se ha dado la excepción -ruinosa- de permitir que funcionarios del Fondo Monetario Internacional y similares hayan desembarcado en el Palacio de las Leyes.
Siendo los legisladores los jueces del Presidente, ante la ocurrencia de delitos graves o violación de la Constitución, cabría suponer que el primer mandatario, como “el César y su mujer, no sólo deben serlo, sino, también, parecerlo”.

Los senadores y diputados de izquierda, de otros tiempos, fueron defensores acérrimos de la soberanía de sus mandatos. Y se erigieron, con figuras de gran talla de otros sectores democráticos, en guardianes de una postura entroncada con las nacientes del mismo sistema institucional. Esto es, con los procesos que limitaron el absolutismo británico (Bill of Rights, 1689), adquiriendo dimensión posterior con las doctrinas de la revoluciones estadounidense y francesa y sus documentos ejemplares. Y, ya que estamos en el Bicentenario de la Emancipación Americana, ser fiel a estas ideas-mojones, sería una forma de cultivar el legado revolucuionario artiguista, que las acogió.
Un sentido de delicadeza hizo que hasta la Presidencia de Vázquez Rosas, incluida ella, ningún Presidente fuera visitante asiduo del Poder Legislativo. Tras los actos de “juramento” de cada 1º de marzo, cada 5 años, ninguno vino a dar espaldarazos y saludos solidarios, ni a capitanear reuniones, de ningún tipo, en la Casa de las Leyes.
José Mujica, sí. ¡Y nadie le paró el carro!
Los suyos, como en misa, diciéndole amén. Allí estaba quien, comulgando con los argumentos presidenciales, le sustrajo a su partido el voto decisivo para sancionar la ley que no fue…
Los adversarios, en tanto, sordos, mudos y ciegos. Obsequiosos por unos platillos de lentejas recibidos. La ingerencia no los excitó en nada.
En síntesis: El apoyo expresado al ex senador Fernández Huidobro por el Presidente Mujica marcó un manifiesto entremetimiento cuando la Cámara Alta daba sanción parcial al proyecto sobre la imputabilidad de militares. Pero, más grave fue, cuando -reiterando la misma conducta- citó a la bancada oficialista, ingresó de nuevo al Palacio Legislativo y, en la antesala del pronunciamiento de fondo que faltaba, sopesó los alcances y consecuencias del proyecto.
Esta insólita intrusión viola, lisa y llanamente, lo que declaró respetaría: La Constitución.
Burdo el presidente. Pusilánimes los parlamentarios.-

¡BIENVENIDO SEÑOR ZORRO!



Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy - 28.05.2011

El título escogido podría emparentarse con alguna de aquellas fábulas legadas por Esopo o Iriarte. Pero, poco tiene que ver la materia a tratar con ellas, aunque del examen podría desprenderse alguna enseñanza moral. Siguiendo la labor sigilosa que desde hace algunos años venían cursando en el país varias empresas mineras extranjeras, escribí no menos de cinco notas en diversos medios.
Grupos transnacionales habían visualizado las enormes riquezas almacenadas bajo nuestro suelo y afilaban sus uñas. Por sondeos, prospecciones y extracciones pagaban al Estado derechos irrisorios y salarios mínimos a los trabajadores. A la vez, usufructuaban de una legislación permisiva, con contralores laxos.
Las reservas son de oro, hierro, níquel, petróleo y formaciones emparentadas, piedras semi-preciosas y otras.
Lo que modestamente sabía, como ciudadano atento, mejor podían conocerlo el ex Presidente Vázquez y cualquiera de sus ministros. Por entonces, uno de ellos, ex gerente de la filial uruguaya de Texaco Co.
Aquel silencio se prolongó hasta casi la finalización del primer mandato del “progresismo”, cuando lacónicamente Danilo Astori anunció “importantes inversiones en minería”.
Tras tanta clandestinidad, mostró su cara la transnacional hindú “Zamín Ferrous”. El pulpo extendería sus brazos desde la zona de Valentines.
El capital a aplicar superaría al de la controversial “UPM”, ex “BOTNIA”. Era, de seguro, un suculento plato.
El Ing. Fernando Puntigliano, hombre del gobierno vazquista en la Administración Nacional de Puertos, dejó sus funciones y pasó automáticamente a comandar el emprendimiento. Es el “country manager” (gerente y personero local máximo) de la compañía.
Ahora, es secundario saber a quien responde este “yuppy”, confeccionado a la medida de lo “público-privado”. Después de todo, Vázquez había demostrado cómo se puede encontrar la piedra con la cual tropezar, para caer de rodillas ante el FMI…
Iré al grano.
La “Red de Economistas de Izquierda del Uruguay” (REDIU), en las postrimerías de 2010 publicó “La Torta y las Migajas”, en una edición de “Trilce”. El académico Ruben Elías, con el título “El hierro del Uruguay para el futuro de nuestros hijos”, entre otros elementos, aporta una decena de objeciones al proyecto “Aratirí” de la inversora de la India.
Me permito sintetizarlas así:
1.- La empresa controlará “in totum” el negocio(ón), que abarcará desde la extracción al acarreo y exportación. 2.- Utilizará un “paquete tecnológico” depredador, inferior al empleado en Europa. Afectará la agropecuaria, generará desarreglo ambiental y deuda social. 3.- No creará empleo permanente, ni calificación de mano de obra; sólo habrá un “boom” transitorio, vinculado a la instalación.
4.- Siguiendo conceptos de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina), el objetivo de desarrollo de país no es compatible con este tipo de inversoras. Así, el plazo de compromiso operativo establecido, podrá ser extendido a la espera de momentos más rentables, en detrimento de la ocupación del personal contratado.
5.- Asimismo, estas transnacionales conjugan su poder en el mercado con acciones políticas diversas. Trabajan los “acuerdos de libre comercio”, auspician las regulaciones de la Organización Mundial del Comercio y de instituciones financieras (Fondo Monetario, Banco Mundial, Banco Interamericano”). Promueven cambios de la legislación local (Código de Minería en Uruguay).
6.- Estos emprendimientos penetran a través de facilidades y ventajas acordadas por los gobiernos, desconociendo las necesidades presentes y futuras de la población. Van en detrimento del partimiento nacional, producen gastos ilimitados de agua y para su provecho alteran la matriz energética. 7.- Cualquier conflicto jurídico se dirime a través de tribunales extranjeros, generando una juridicidad supranacional.
8.- Dos tercios del comercio internacional ocurre entre complejos industriales-financieros gigantes. La mitad del volumen de las transacciones sucede al interior de las corporaciones y subsidiarias. 9.- Estos proyectos están exentos de la obligación de efectuar inversiones de interés para el país. La minera “Aratirí” no propone ninguna nueva fuente de desarrollo industrial. 10.- Las multinacionales están opuestas a los mecanismos regulatorios, sin más intereses que los propios.

El segundo gobierno frenteamplista ha abierto las puertas del país, ha extendido la alfombra y ha dicho: ¡Bienvenido señor zorro!
A el también, en su gallinero, le volarán las plumas.

domingo, 15 de mayo de 2011

NUESTRAS CIUDADES

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy

06.04.2011


El Sr. Domingo Ayarza ha tenido la amabilidad de entregarme la última edición de “Ciudades”, publicación que coordina como miembro de la Cámara Inmobiliara Uruguaya. Con una cuidada presentación, el número 32 registra actividades profesionales de la entidad y una selección de visiones referentes a este sector del mercado.
Deseo detenerme, brevemente, en el aporte que realiza Juan Francia Rava. Bajo el título “Asentamientos e inversiones en Soriano” alude a expresiones de un legislador oficialista local y a las del intendente, en punto al lacerante tema de los conglomerados habitacionales precarios.
¿Su erradicación, más allá de la entrega de unidades cumplida, cuánto tiene de transitoria y cuánto de definitiva?
Ambos políticos han recordado el volumen de los recursos aplicados para subsanar la cuestión de los sin techo.

El autor de la nota apunta a preguntar si la ciudad ofrece la funcionalidad suficiente para que el aludido paisaje de carencias amontonadas no se continúe reproduciendo.
Se sorprende de la “liviandad” con que se ha encarado el ordenamiento territorial departamental por parte de los actores que deben llevar adelante los estudios de la materia, comprendidos el titular del ejecutivo municipal, los ediles y, por su carácter de referente político, el diputado que porta el atributo de enlace gubernamental.
Sostiene Francia Rava que, si a la sazón, si no se logra una mayor extensión del área urbana, “los grandes perjudicados serán, en primera instancia, los ciudadanos de menores recursos económicos”. Relaciona la mejor distribución de los emprendimientos inmobiliarios con la necesidad de acceso a viviendas decorosas -en la ciudad- para evitar nuevas precarizaciones habitacionales. En un pasaje recuerda el impulso que cobraron a nivel mundial, desde los años 70, las políticas desrregulatorias, con fines privatistas. Y evidencia, así, el peligro del retorno a un nuevo “laissez faire, laissez passer” (dejad hacer, dejad pasar), en que las funciones tuitivas del Estado se esfumen para el super acomodamiento de los menos.
Anota -a título de prevención- sobre los numerosos llamados explícitos a capitales externos y la repercusión con que impactan en los negocios inmobiliarios, incidiendo e incrementando la metamorfosis o transformación de las ciudades (Colonia, Fray Bentos, Punta del Este).
Estas y otras consideraciones del articulista abren un campo apto para reflexionar.
Agregaría algo más. Los ciudadanos -es decir, los miembros de las ciudades- tienen no sólo el derecho sino, también, la obligación de participar. Ser sujetos pasivos en el pago de los impuestos equivale a renunciar a un poder de alta gravitación.
En Soriano y fuera de este departamento el ordenamiento territorial y la conducción de las ciudades debe contar con el ojo escrutador y exigente de los miembros de la comunidad. Las ciudades podrán ser más disfrutables cuanto más intenso sea el involucramiento personal, con sana pasión, en su defensa y progreso.
La ciudad es, en esencia, un bien colectivo. Requiere imprescindibles y claras regulaciones democráticas. Cada ciudad es un ámbito apto para vivir armoniosamente; sin tener que soportar abusos.
Es justa la exigencia de un ordenamiento territorial racionalizado. Ciudad no es sinónimo de selva o lugar apto para el dominio de los más fuertes.
Es plausible que la Cámara Inmobiliaria Uruguaya abra su órgano de divulgación y enriquezca los debates con la contribución de sus colaboradores y especialistas.-

TRAS LOS VELOS MASÓNICOS



Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 25.03.2011

No es la primera vez que abordo periodísticamente el tema masonería y, seguramente, no ha de ser la última. Lo he hecho desde un plano general. Esta vez, variaré el ángulo de enfoque. El abordaje será más particularizado. Apelaré al conocimiento directo que adquirí en tiempos juveniles y a mi relación con miembros de esta organización político-religiosa.
En la sociedad mercedaria de fines de la década del 30 del siglo pasado, Ernesto Etulain Marchesse, hermano de mi abuela paterna, era un conspicuo integrante de la logia. Tenía una postura anticlerical. Los republicanos de entonces condenaban las políticas de la iglesia romana, subrayando el valor del Estado como poder autónomo. Muchos de estos masones eran activistas por la causa por la educación vareliana y defensores de sus tres pilares fundamentales: laicidad, gratuidad y obligatoriedad.
En las conversaciones de familia estas cuestiones se cruzaban con la condena al dictador Dr. Gabriel Terra, salido de la masonería. Algo rechinaba.

Hacia 1954, Humberto Ritorni Bourget, comerciante chaná, con establecimiento en la calle Florida (hoy Careaga) en su intersección con Sarandí, era jefe del círculo en la localidad. Dialogaba habitualmente con él. Tuvo un pretexto y un día me condujo ante el Gral. Armando R. Lerma, grado masónico 33. Mi vínculo con Ritorni Bourget fue de una fraternidad estimulante. En forma simultánea, crecían en intensidad mis comunicaciones con el Dr. Alfredo Alambarri, pediatra eminente, partícipe de la cofradía.
Nuestras coincidencias sólo tenían un punto de quiebre. Ellos no eran ateos. Aún los unía la idea de un “supremo creador”.

Ritorni Bourget falleció prematuramente. Estuvo poseído por una vocación de servicio. Había compartido escenarios en poblaciones olvidadas llevando el arte teatral del pionero Brussa. Su mano silenciosa estuvo dada para quienes la necesitaran. Masón ortodoxo, como político nunca pidió cargos a los que pudo acceder.
Alfredo Alambarri, intelectual de versación y científico de alma, levantaba su perfil de hombre independiente. Supo resistir los embates antidemocráticos de Jorge Pacheco Areco y de Juan María Bordaberry. Pasó por la Cárcel Central de Policía, siendo objeto de interrogatorios macartistas. Asistió a la formación del Frente Amplio. Con su saber, un día llegó a mi casa y me dijo con indescriptible entusiasmo: “Lee esto”. Había cruzado a las filas del marxismo. La masonería ya no lo trascendía.
El Lic. José Olazarri, en su generoso libro de reportajes “En un tiempo y un lugar”, facilita la recreación de más recuerdos a propósito de personajes vinculados a la logia esotérica en Soriano.
Una entrevista al Dr. Alfonso Fernández Cabrelli (socio en los años 50 en el estudio del Dr. Helios Sarthou -gabinete jurídico al que por un lapso me integré como procurador) da cuenta del “asalto” que, con gran escándalo, se produjera a la sede de la congregación de Mercedes, en 1926 o 1927.
Fernández Cabrelli explica que fueron alumnos del colegio católico “San Miguel”, de la orden salesiana, quienes -inducidos por sus monitores- irrumpieron en la sede ritual. “Fuimos manijeados”, sostuvo. Y se retiraron del lugar porque, acotó, “sentimos miedo”.

Corría el mes de julio de 1991. Poco antes, nuevos intrusos habían penetrado en la casa misteriosa de la calle Manuel Oribe y José Enrique Rodó, con fines de robo. Ahora, Fernández Cabrelli, daba una charla en el Centro Histórico local, sobre la trayectoria de la logia. Hablaba como masón. Y, como tal, se explayó también en la conversación con el Lic. Olazarri, ofreciendo importantes datos.
El Lic. José Olazarri me confió que quedó impresionado por la forma franca y coloquial de Fernández Cabrelli, de quien me consta su manera abierta de actuar.
En “Penumbras. La masonería uruguaya (1973-2008)”, Fernando Amado muestra aspectos contemporáneos de una entidad que, tras bambalinas, prosigue incidiendo en la vida del país.
Hay muchos velos para descorrer.-

jueves, 24 de febrero de 2011

EL APETITO DEL SR. VÁZQUEZ

Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy – 15.02.2011

Tal cual uno de esos enamorados capciosos, que como prueba de ingenio dan vuelta a la manzana fisgoneando para la casa de la mujer pretendida, o que se paran en la esquina próxima para custodiar a la bienamada, así acaba de hacer su pública aparición el ex-presidente Dr. Tabaré Vázquez.
El objeto de su deseo no era una mujer. No señor. Se trataba de algo mucho más modesto, si se lo aprecia desde el ángulo de la excelsitud que supone armonizar la relación hombre-mujer.
Él es tan poco presuntuoso que, apenas, pretende llegar -por segunda vez- a la presidencia de la nación. Y en eso está.
No lo dice, no lo pide, no lo anuncia y, más aún, no lo niega. Mueve los hilos con la sutileza adquirida por el saber adquirido en las prácticas de la “monita secreta” (el viejo manual jesuítico) y en las afines enseñanzas secretas de la congregación masónica, de la que es miembro.
¿Cuáles han sido los pretextos esgrimidos para irrumpir en el cálido verano uruguayo y ubicarse bajo los haces de las luminarias televisivas y ganar espacios en medios radiales y de prensa?
Tuvo una idea sensacional: aprovechar el día mundial de lucha contra el cáncer para aparecer con un librito de divulgación de su autoría, relativo a la disciplina oncológica que ejerce. Nada censurable en sí. Por el contrario, la apariencia lo mostraría en una acción plausible.
Pero, a poco que se examine el contexto, se ven las patas de la sota.
Para el mismo día, sus cofrades del aparato frenteamplista le dieron la bolada para que fuera -oh!, prodigiosa casualidad- orador invitado en la celebración que tal fuerza política realizaría en la sede palaciega de la avenida Agraciada..
La bulla había que orquestarla para el 4, ineluctablemente. Así se hizo. Aunque la fecha frenteamplista no era esa, sino la del día después. Pero todo se manipuló para ofrecer la amplificación política conveniente al designio.


Cabe recordar que, cuando el 5 de febrero de 1971, se creó el Frente Amplio como un verdadero desafío histórico, Vázquez no estaba en el Salón de los Pasos Perdidos. No militaba en la izquierda. Sus menesteres eran otros. Desconozco si entonces estaba iniciado como miembro de la cofradía masoniana. La dictadura avaló, poco después, su ida a Japón y, desde el diario “El País” (de Montevideo), fue uno de los que suscribió el saludo al “presidente-dictador” Gregorio Álvarez, conspicuo miembro de la citada organización secreta.
La operación del pasado 4 fue tan sin recato que terminaron catapultando hasta su compañero de fórmula presidencial, con lo que desnudaron la intención subyacente.
Así de apurado el mozo y sus obsecuentes.
¿Y la masa de los enrrolados frenteamplistas? ¡Muy bien gracias! Habrá tiempo de consultarla, ya que, por ahora está acrítica y atónica, lo que no excluye que puedan existir repugnados, rebeldes y estupefactos ante la maquinación.
¡Qué apetito más tempranero el del Dr. Tabaré Vázquez para deglutir las lentejas!


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