sábado, 15 de marzo de 2014

¡VIVA LA DISIDENCIA!

Escribe Walter Ernesto Celina
15.03.2014

Juan Grompone (1939) es ingeniero egresado de la facultad correspondiente de la Universidad Pública, especialista en comunicaciones.
Es un potente actor de la cultura contemporánea, miembro de las Academias de Ingeniería y Letras. A su saber enciclopédico, en múltiples rubros del conocimiento que hacen al cambio de época al que asistimos, añade las cualidades asociadas de escritor y profesor.
Los libros de su autoría son fuente clara de divulgación de asuntos científicos, siendo frecuentes sus incursiones en lógica y epistemología.
No es un ciudadano aséptico. Sus opiniones siempre resultan solventes.
El siguiente articulo -publicado en el Semanario “Voces”, del 13 de corriente- incursiona en el terreno de la política nacional.
Me ha parecido oportuno trancribirlo. No sólo porque coincido en la mayor parte de sus apreciaciones, sino porque también disiento con algunas de ellas.
La politóloga Constanza Moreira podría tener mejor destino. Personalmente, no permitiré que mi voto sea rastrillado por su mano para la pseudo izquierda del Sr. Tabaré Vázquez  y su nueva logia.

Disidentes del FA, ¡Uníos!
 Por Juan Grompone
Una de las leyes de la dialéctica materialista establece que los aspectos básicos de la realidad están formados por un par de contrarios indisolublemente unidos: la unidad y lucha de los contrarios. Los movimientos políticos no escapan a la ley. En el seno del Frente Amplio (FA) existen disidencias que se expresan de muy diferentes maneras. La disidencia es el mecanismo básico del cambio, la ausencia de disidencia es la inmovilidad, la paz de los sepulcros. Por eso debemos celebrar la disidencia como una oportunidad de cambio.

La calidad de disidente
Si usted discrepa con el veto presidencial, especialmente si la mayoría de los frentistas apoya lo vetado, usted es un disidente. Si usted no apoya la ayuda militar de los Estados Unidos para resolver un conflicto del Mercosur, usted es disidente. Si usted piensa que las empresas extranjeras deben pagar, al menos, los mismos impuestos que las nacionales, usted es un disidente.
 Si usted está en contra de la amigocracia en la política o rechaza la formación de dinastías o el reparto de los cargos según la fuerza del sector en la interna del FA, usted es disidente. Si usted cree que la militancia basta como antecedente y formación para ser embajador, ministro, secretario, miembro del directorio de las empresas industriales del estado o algún otro cargo similar, usted es un disidente. Si usted cree que las mujeres están preparadas para los cargos importantes de la política, usted es un disidente. Si a usted le preocupa la elección de 2019, usted es un disidente.
 Si usted cree en la cultura “a secas” y no necesita agregarle “popular” como apellido, usted es un disidente. Si usted piensa que la formación terciaria es algo necesario y valioso, usted es un disidente. Si usted cree que la educación pública está en crisis en todos los niveles, usted es un disidente. Si usted cree que se deben tomar medidas para recuperar la educación pública, aunque estas medidas no sean populares entre los gremios de los educadores, usted es un disidente.
 Si usted cree que los planes de asistencia y de inclusión social realizados solamente mejoran las estadísticas pero no corrigen los males de fondo de la brecha social, usted es un disidente.
 Si usted no cree que sea posible rescatar a las empresas fundidas y convertirlas en prósperas cooperativas, usted es un disidente. Si usted cree que se han cometido una larga serie de errores con Pluna y que se seguirán cometiendo, usted es un disidente.
 Si usted cree que la concesión a Aratirí traerá problemas en el medio ambiente, usted es un disidente. Si usted cree que traerá algunos problemas, pero que es dudoso que deje ganancias para el país porque las multinacionales tienen recursos para trasladar las ganancias de un lado a otro, usted es un disidente. Si usted cree que exportar mineral de hierro no conducirá nunca a una industria siderúrgica porque hay muchos pasos a dar que no están previstos o no son posibles, usted es un disidente.
 Si usted cree que la producción de alimentos, celulosa o mineral de hierro es una nueva forma de economía colonial, está en camino a ser disidente. Si usted cree que existe otra manera posible de orientar la inversión, la economía y la distribución de la riqueza, usted es un disidente.
 Si a usted le disgusta la disciplina partidaria aplicada en forma indiscriminada, por encima de las convicciones personales, usted es un disidente. Si usted cree en los debates y en los acuerdos, usted es un disidente. Si usted cree que está mal perseguir a una persona por lo que piensa o por lo que apoya o por lo que manifiesta, usted es un disidente. Si usted no cree que la descalificación personal sea una forma de rebatir argumentos, usted es un disidente.
 Si usted cree que el Mercosur no funciona y que tiene cada vez más trabas y menos futuro, usted es un disidente. Si usted cree que por ser vecinos de Argentina y “no poder mudarnos del barrio” igual no hay que aceptar sus arbitrariedades y prepotencias, usted es un disidente. Si usted cree que hay que buscar otros acuerdos comerciales fuera del Mercosur, usted es un disidente.
 Si usted ni se encuentra bajo la línea de pobreza ni posee el frenesí consumista, es candidato a ser disidente. Si usted considera que la “filosofía de la pobreza” se convierte rápidamente en la “pobreza de la filosofía”, como ya señalaran los clásicos, usted ya se ha convertido en disidente.
 Si usted considera que hay hoy nuevas formas de comunicación y de consulta política, es candidato a ser disidente. Si usted cree que para organizar una fuerza política formada por la mitad del país no alcanza con militancia partidaria, asambleas y comités de base como en los sesenta, usted es disidente. Si usted es uno de los cien mil que votó en blanco en 2010, porque no lo gustaba la manera de elegir al candidato a la Intendencia de Montevideo, usted es un disidente.
 Además hay muchas otras maneras de ser disidente, pero creo que la lista ya es bastante extensa.
El voto de los disidentes
¿Qué puede hacer un disidente frente a las elecciones internas del FA?
En 2010 no obtuvimos nada. Las cúpulas declararon solemnemente que estudiarían el mensaje de los votantes, pero no se movieron, no lo estudiaron, lo ignoraron lisa y llanamente. Si 100.000 disidentes no bastan, hay que conseguir muchos más.
Si usted no es candidato a nada, no aspira a ningún cargo público o de gobierno, si no desea tener un auto con chofer, asistir a las recepciones de las embajadas, aparecer en las entrevistas de radio y televisión y además se siente disidente, creo que tiene una posibilidad de enviar un mensaje hacia las cúpulas del FA en la próximas elecciones internas. Constanza Moreira podría ser la única posible voz disidente, no podemos desaprovechar la oportunidad de manifestarnos.
No conozco personalmente a Moreira. Alguna vez compartimos una mesa redonda y leí algunos trabajos suyos. Estoy seguro de no coincidir en muchas cosas con ella, pero creo que puede ayudar a la renovación del FA. Por eso, mi voto en las internas será para ella. El resto es silencio.