Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@adinet.com.uy - 25.07.2011
walter.celina@adinet.com.uy - 25.07.2011
La nueva izquierda gobernante ha prohijado un conjunto de especimenes de esencia típicamente conservadora, con mera aptitud para el discurso y sólida preparación para ocultar su carencia de principios.
La circunstancia de haber estado asomado al escenario político en décadas me ha permitido conocer desde sus orígenes a muchos de estos actores, volcados con fruición al oportunismo. En particular, orientados a la obtención de cargos, viajes, entretejidos sectarios para posesionarse de esas y otras ventajas. Se trata de una masa de sujetos que conforman un conjunto fungible, cuyas prácticas no difieren de aquellas que siempre fustigó la izquierda ética uruguaya.
La circunstancia de haber estado asomado al escenario político en décadas me ha permitido conocer desde sus orígenes a muchos de estos actores, volcados con fruición al oportunismo. En particular, orientados a la obtención de cargos, viajes, entretejidos sectarios para posesionarse de esas y otras ventajas. Se trata de una masa de sujetos que conforman un conjunto fungible, cuyas prácticas no difieren de aquellas que siempre fustigó la izquierda ética uruguaya.
El Vicepresidente Danilo Astori aboga por una especie de refundación del Frente Amplio que, en rigor, numerosos personajes de su grupo han contribuido desnaturalizar con actos de nepotismo, utilización de dineros públicos para periplos de toda clase, creación y reparto de cargos de particular confianza a granel y otras lindezas.
¿Qué podría esperarse de estos reformistas? Sólo la acentuación de la declinación política.
No se trata sólo del aprovechamiento personal de la circunstancia de estar al calor del gobierno, engordando con desayunos y almuerzos de trabajo, suplicando en encuentros multinacionales como los del Hotel Conrad y no perdiendo celebraciones en embajadas. Son muchos los que ahora, peinados con fijador, muestran su transformación preferida: la del abdomen.
En su deslizamiento hacia la derecha, es de recordar la afirmación de Astori, de agosto de 2005, cuando sostuvo: “Para hacer algo en serio por los uruguayos que viven en la indigencia, es que necesitamos hacer los acuerdos con el FMI…”
¿Qué podría esperarse de estos reformistas? Sólo la acentuación de la declinación política.
No se trata sólo del aprovechamiento personal de la circunstancia de estar al calor del gobierno, engordando con desayunos y almuerzos de trabajo, suplicando en encuentros multinacionales como los del Hotel Conrad y no perdiendo celebraciones en embajadas. Son muchos los que ahora, peinados con fijador, muestran su transformación preferida: la del abdomen.
En su deslizamiento hacia la derecha, es de recordar la afirmación de Astori, de agosto de 2005, cuando sostuvo: “Para hacer algo en serio por los uruguayos que viven en la indigencia, es que necesitamos hacer los acuerdos con el FMI…”
Según este estudioso, corroboran su conclusión un conjunto de elementos, que cita: “Las leyes de defensa de la competencia, la desmonopolización de mercados en que participaban empresas públicas estratégicas como ANTEL y ANCAP, el desmantelamiento del Banco Hipotecario, el fortalecimiento y ampliación de las zonas francas, el acuerdo de protección “recíproca” con Estados Unidos, el impuesto a las retribuciones de las personas físicas dual (donde pagan los trabajadores y quedan exceptuados los capitalistas) y, la frutilla de la torta, el intento de firmar un TLC (Tratado de Libre Comercio) con Estados Unidos, se transformaron en políticas de “izquierda”…
Al listado expuesto podrían agregarse más referencias.
Agrega el economista que la lucha contra los sectores del statu quo quedó de costado, trocándose por la de un “capitalismo en serio”, cuyos únicos resultados apuntan a “la concentración y centralización del capital, con su contrapartida de exclusión y marginación social”.
Asimismo, ha recordado que un ejemplo de sometimiento al capital foráneo lo ofrece el manejo de la deuda pública y su servicio. Afirma que ello “consolida y cimienta, con bases firmes y casi indestructibles, la concentración del ingreso y la pobreza”.
En esencia, prevalecen las viejas condiciones subordinación. Las migas que arroja el oficialismo sólo ofrecen una ilusión engañosa. No cambian nada.
Agrega el economista que la lucha contra los sectores del statu quo quedó de costado, trocándose por la de un “capitalismo en serio”, cuyos únicos resultados apuntan a “la concentración y centralización del capital, con su contrapartida de exclusión y marginación social”.
Asimismo, ha recordado que un ejemplo de sometimiento al capital foráneo lo ofrece el manejo de la deuda pública y su servicio. Afirma que ello “consolida y cimienta, con bases firmes y casi indestructibles, la concentración del ingreso y la pobreza”.
En esencia, prevalecen las viejas condiciones subordinación. Las migas que arroja el oficialismo sólo ofrecen una ilusión engañosa. No cambian nada.
La pseudo izquierda es una fuerza claudicante. No corta. Es oportunista. Pincha, picotea para sí. ¡Cómo un ave de corral!
No hay comentarios:
Publicar un comentario