Escribe Walter Ernesto Celina
El desplome financiero del mundo unipolar no es otra cosa que una manifestación generalizada de la crisis del sistema capitalista y de su operativa perversa.
Es hora de pasar raya. De ver en qué han quedado las teorías de los beneficios del “libre mercado”, que se empeñó en propalar que lo principal consistía en la idílica relación de “la oferta y la demanda”, con magníficas posibilidades para todos.
Desde los economistas de la Escuela de Chicago, para atrás y para adelante, hoy se sabe que el cataclismo sólo se enjugará con las lágrimas, el sudor y la sangre de la propia humanidad. Porque más allá de los bancos en quiebra y de algunos millonarios también fundidos, otros, más fuertes, habrán de surgir de las cenizas, concentrando aún más poderes.
Será mejor que esto sea explicado a los pueblos por los gobernantes, ministros de economía y toda esa gama de especialistas financieros que pontificaron acerca de la gloria del mundo en que vivimos. Vendedores, al fin, de un mundo irreal, hipócrita, mentido.
En un ejercicio, sin duda más prosaico, prefiero detenerme en algunos datos sintetizados por el periodista montevideano Jorge Abondanza quien, con su característica lucidez, mostraba la borrachera de las partidas cobradas por los capitostes de un Wall Street que trepida en el más fenomenal cortocircuito. Tira nombres y cifras. No son anécdota.
Señala el colega: “...Richard Fuld, que era director de Lehman Brothers (la empresa cuya bancarrota fue el notición), cobró a lo largo de 2007 un total de 45 millones de dólares por concepto de retribuciones.” Agrega después: “Henry Paulson, que es actualmente ministro de Finanzas del gobierno de Bush y era antes presidente de Goldman Sachs -otro de los gigantes de Wall Street-, recibió de esa firma 38 millones y medio de dólares como premio retiro...”
Cabe consignar que los 30.522 empleados de la Goldman Sachs cobraron el pasado año un promedio de 600 mil dólares, cada uno.
Son apenas facetas de la orgía del mundo americano desde donde se manejan los intereses de la monarquía autocrática que, como una telaraña, cae sobre las personas y modela sus destinos en el planeta. Hay que ver un par de cifras generales y las contradicciones entre la doctrina y la praxis del liberalismo económico.
“Los mercados se recuperan” sostienen los augures, después de la catástrofe que pagarán los pueblos. Veamos de qué forma.
El presidente norteamericano Georges W. Bush propuso un salvataje financiero del orden de los 700 mil millones (700.000:000.000) de dólares, con los que el Estado americano interviene en la caída con recursos del Tesoro Federal. La astronómica suma la enjugarán los contribuyentes locales y los de las más apartadas regiones del mundo, por los mecanismos clásicos de vasos comunicantes. Ellos refieren a la fijación de los precios internacionales y a la sujeción de los mercados dependientes.
En consonancia con el mismo criterio, la Unión Europea realizó su propio torniquete y votó, en principio, 40 mil millones más. Y puede haber más generosas “ayudas”...
El presidente norteamericano Georges W. Bush propuso un salvataje financiero del orden de los 700 mil millones (700.000:000.000) de dólares, con los que el Estado americano interviene en la caída con recursos del Tesoro Federal. La astronómica suma la enjugarán los contribuyentes locales y los de las más apartadas regiones del mundo, por los mecanismos clásicos de vasos comunicantes. Ellos refieren a la fijación de los precios internacionales y a la sujeción de los mercados dependientes.
En consonancia con el mismo criterio, la Unión Europea realizó su propio torniquete y votó, en principio, 40 mil millones más. Y puede haber más generosas “ayudas”...
Mientras ocurrían los temblores financieros, el Director de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) anunciaba ante el parlamento italiano que el número de individuos que padecen hambre en el mundo creció en 2007 en 75 millones de personas. Pasó de 850 a 925 millones.
Jacques Diuf sostuvo que el alza de los alimentos en 2006 fue de un 12% con respecto al año anterior; del doble, o sea del 24%, en 2007 y, del 50%, en los siete primeros meses de 2008. En este estado solicitó que se invirtieran 30 mil millones (30.000:000.000) de dólares para así duplicar la producción de alimentos y eliminar el hambre. No los 700 mil millones de dólares de Bush, ni los asignados por Europa.
Es bastante segura la expresión que recuerda que “aquellos polvos trajeron estos lodos”. Y que los pobres y hambrientos en nada preocupan a los dueños del planeta.
Jacques Diuf sostuvo que el alza de los alimentos en 2006 fue de un 12% con respecto al año anterior; del doble, o sea del 24%, en 2007 y, del 50%, en los siete primeros meses de 2008. En este estado solicitó que se invirtieran 30 mil millones (30.000:000.000) de dólares para así duplicar la producción de alimentos y eliminar el hambre. No los 700 mil millones de dólares de Bush, ni los asignados por Europa.
Es bastante segura la expresión que recuerda que “aquellos polvos trajeron estos lodos”. Y que los pobres y hambrientos en nada preocupan a los dueños del planeta.
waltercelina1@hotmail.com
(14.10.08)
(14.10.08)
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