martes, 30 de junio de 2009

GOLPE DE ESTADO DE JUNIO DE 1973

OPINIÓN DEL GRAL. LÍBER SEREGNI
Escribe Walter Ernesto Celina


Ingreso a la denominada “historia reciente”, esto es, al proceloso período de nuestro pasado inmediato, en que los sueños de justicia de los uruguayos se traumatizaron, haciéndose pedazos las instituciones democráticas y las organizaciones populares, bajo el imperio de fuerzas dictatoriales.
De modo preliminar, he recordar un hecho significativo. Nunca mencionado por los analistas de esa hora fatídica de la República..
Lo viví en el seno de la Asamblea General Legislativa. Fue en el acto en que Juan María Bordaberry compareció a ofrecer la declaración de acatamiento a la Constitución, prevista en el Artº 158.
En el momento en que se comprometía por su “honor a desempeñar lealmente el cargo” presidencial y “a guardar y defender la Constitución de la República”, el Diputado Rodney Arismendi lo interrumpió varias veces y anatematizándolo, lo calificó como “perjuro”. Y no se equivocó. Las maquinaciones contra el pueblo uruguayo estaban en desarrollo.

Con antelación a los hechos del 27 de junio de 1973, en una entrevista periodística (1), el Gral. Líber Seregni hacía este somero análisis de la situación política:
“El gobierno que ganó el último escrutinio de votos (elecciones de 1971 – W.E.C) representa, in totum, los intereses de una clase social privilegiada y lleva a cabo una gestión que, por favorecer exclusivamente esos intereses, sigue el rumbo opuesto al bienestar de los trabajadores.
También es un gobierno antinacional, pues está entregado a los dictados que emanan de Wall Street y la Casa Blanca, y por tanto, es atentatorio de la soberanía nacional. En él militan terratenientes, banqueros, poderosos industriales y una red de intermediarios vinculados estrechamente a los consorcios y organismos “internacionales”, que constituyen la moderna expresión del imperialismo y son los conductos de succión de las riquezas del país.
Esto configura, con las inflexiones propias que lo individualizan, un régimen característico de aquellos países del tercer mundo que aún no lograron establecer gobiernos decididos a desprenderse de los lazos de dependencia, un mal que está al tope de la escala de los grandes problemas nacionales.
Desde este punto de vista, es evidente que la renuncia del presidente Bordaberry y la sucesión institucional consiguiente no habrán de mejorar en forma sustancial la situación del país, ya que es el elenco gobernante todo -presidente, vicepresidente, ministros- el que responde a la caracterización antes bosquejada. Si el Frente Amplio pide al señor Bordaberry su renuncia es porque lo considera inhabilitado para una conducción eficiente del gobierno, no porque crea que en Jorge Sapelli hay un revolucionario escondido. Y porque le falta flexibilidad e inteligencia, mientras le sobra tozudez e incapacidad para el diálogo.
Todos ellos son factores que lo han convertido en prisionero de otras fuerzas, que se han hecho presentes en la escena política por la incidencia de hechos más complejos.”

Desde el primer párrafo hasta la última frase, el fragmento muestra la idoneidad del juicio de Líber Seregni, considerado un auténtico General del Pueblo.
Juan María Bordaberry fue mascarón de proa de un movimiento conjugado con otros actores y circunstancias.
Los dolores del pueblo uruguayo fueron indecibles.
Algunos de aquellos siniestros personajes, en pago de vejámenes, asesinatos y desapariciones, hoy purgan sus delitos.

(1): Omar Prego – Reportaje a un golpe de Estado


22.06.2009

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