domingo, 21 de junio de 2009

HABLANDO CLARO

Escribe Walter Ernesto Celina

Acosados por la ebullición que genera el proceso electoral uruguayo, a veces no levantamos la cabeza para saber qué pasa en la región y en el mundo. Y, en consecuencia, no registramos algunos debates importantes que se ocurren en la arena internacional.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) amalgama representaciones de trabajadores, empleadores y gobiernos, regulando los problemas de las relaciones obrero-patronales y áreas conexas a las cuestiones laborales.
Esta entidad convocó en su sede ginebrina una cumbre que se ha reunido para tratar la crisis mundial que, meses atrás, estallara en los Estados Unidos de la América del Norte, azotando los cinco continentes.
Un boletín elaborado por la OIT y la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL) sostiene: “La coyuntura actual demuestra que los niveles de ocupación están empeorando.”

Muestra que Colombia y Perú encabezan el ranking del paro forzoso con guarismos del 14% y el 9,3%, respectivamente, cerrando Uruguay, 7,9%, y México, con el 6,1%. En un orden creciente, arriba del 8%, aparecen Venezuela, Argentina y Brasil.
Con la caída del 1,3% de la economía mundial -pronosticada por el FMI-, estudios de la OIT prevén un récord de desempleados, con una tasa entre el 6,8% y el 7,4%. Afectaría a no menos de 210 millones de personas, sumatoria que podría resultar en los 239 millones de inactivos.

El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, abogó por un nuevo orden económico mundial, basado en la producción y no en la especulación y por la aplicación de medidas por parte de los países centrales. Fue claro: “No se puede convivir con los paraísos fiscales; no se puede vivir con un sistema financiero que especula con papeles y papeles sin generar un puesto de trabajo; sin producir un zapato, una camisa o una corbata”. Concluyó: “Así fue que quebraron un día”.
Recordó, también: “En las crisis de los años 80 y 90 el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial tenían todas las soluciones para los países pobres. En cambio, cuando la crisis ocurre en los Estados Unidos, Japón y Europa, ni el FMI, ni el BC tienen propuesta alguna para solucionar la crisis.”

La Presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirshner, también fue explícita: “No es a través de la flexibilización laboral cuando se obtiene rentabilidad, sino que ésta se tiene cuando hay trabajadores bien remunerados y bien calificados.” En otro pasaje llamó a que los Estados tengan “un rol mucho más activo en materia de regulación y control”, evocando que la ausencia de vigilancia de las calificadoras de bancos de inversión y del capital financiero terminó en una autodestrucción, lo que afectó, asimismo, el funcionamiento de la economía real.
Muestras de un nuevo lenguaje de mandatarios sudamericanos que se suman a otros presidentes de la América Latina que levantan voces autónomas.


20.06.2009

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