viernes, 14 de noviembre de 2008

REVISTA DEL INSTITUTO HISTÓRICO

RICARDO DETOMASI: MÁRTIR DE LA AVIACIÓN NACIONAL
Escribe Walter Ernesto Celina

EL SUEÑO DE VOLAR

El tomo XXX de la revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay contiene un artículo de Juan Maruri relativo al “Nacimiento y desarrollo de la aviación en el Uruguay”.
El estudio aborda importantes antecedentes, en los que surge la simbiosis que estimuló la formación de los pioneros de la aeronáutica en las orillas del Plata.
Me detendré en los datos que aporta sobre Ricardo Detomasi, el aviador mercedario que quebró sus alas en San José, en el año 1915.
Diré antes que los hombres tuvieron desde siempre el sueño de alcanzar las estrellas, como forma de desentrañar lo que se ofrecía como un verdadero enigma. Como parte de esa aspiración quisieron, también, alcanzar las cualidades de desplazamiento de las aves voladoras.
A comienzos del siglo XVI Leonardo da Vinci estudió la evolución de los pájaros en el aire, la estructura anatómica de algunas especies y, finalmente, proyectó aparatos para surcar el espacio atmosférico.
Antes aún, Roger Bacon (1214-1294) había descubierto que el aire podía soportar estructuras de ingeniería, del mismo modo que el agua mantiene a flote un barco, en condiciones dadas.
Correspondió al brasileño Alberto Santos Dumont (1873-1932) el diseño y construcción de dirigibles. Intenta el primer ascenso en globo en 1897, en París. Meses después, lanza con éxito un modelo cilíndrico. En 1901 fue premiado por hacer volar un dirigible de 20 mts. de largo propulsado por motor a gasolina. En 1909 construyó un monoplano.
Un primer vuelo exitoso había sido cumplido en 1903, en Carolina del Norte, Estados Unidos, por los hermanos Orville y Wilbur Wright. Duró apenas 12 segundos, se deslizó por el aire 36 mts., a una altura de 3 mts., con una velocidad de 48 km./h.

PIONEROS EN EL RÍO DE LA PLATA

Juan Maruri, en su trabajo para la publicación histórica, señala que una serie de acontecimientos aeronáuticos que se dieron en el Plata durante 1912 generaron un inusitado interés. De tales circunstancias vendría a procesarse el nacimiento de la aviación nacional.
El domingo 1ro. de diciembre de 1912 Montevideo “se vio sacudida por el sobrevuelo en la ciudad de un aeroplano que apareció por el oeste” procedente de Buenos Aires. Aterrizó en un campo militar que estaba ubicado en Camino Carrasco y Cambay. Lo pilotaba “el aviador y conscripto del Ejército Argentino Pablo Teodoro Fels, nacido en Conchillas, Colonia, Uruguay”. Y agrega: “Esta hazaña sin precedentes, fue en su momento récord mundial de vuelo sobre el agua...”.
Cita luego los “los ensayos y tentativas en Montevideo de Enrique Martínez Velazco y de los hermanos Escofet, mediante un biplano de construcción artesanal, en agosto de 1910”. Rememora los vuelos a Europa, en 1910, de Mario García Cames, primer aviador nacional; los del francés Armand Prévost, de los días 7 y 8 de diciembre de 1910, en el monoplano Bleriot, que operaba desde el Hipódromo de Paysandú; las prácticas -próximo a Santiago Vázquez- de Francisco Bonilla, en abril de 1912, con un monoplano de su invención; la graduación en Aviano, Italia, de Atilio Frigerio, así como las demostraciones y viajes del italiano Bartolomeo Catánneo, durante 1910, 11 y 12.
Ángel Adami tripuló el 16 de julio de 1905, como periodista de la revista argentina Caras y Caretas, el globo O Portugal, haciéndolo con Arturo P. Visca. El ascenso duró 35 minutos y las primeras fotos aéreas de Uruguay fueron captadas en ese momento. Adami fue fundador del Aéreo Club.

SEMBLANZA DE RICARDO DETOMASI

Esta es la semblanza que el investigador Maruri realiza sobre el célebre aeronauta chaná:
“Ricardo Detomasi, primer mártir de la aviación nacional, nació en Mercedes, Departamento de Soriano. A los 18 años, en 1911, marchó a Buenos Aires, donde atraído y seducido por la naciente conquista del aire, en 1914 decidió hacerse aviador en la escuela de San Fernando, que dirigía el instructor francés Marcel Paillette. Aprendió a volar en un biplano tipo Farman, con el cual rindió examen el 28 de mayo de 1914, obteniendo el brevet Nº 43 del Aéreo Club Argentino, constituyéndose en el tercer aviador uruguayo.
Su vida aeronáutica continuó en ese año de 1914 como 2do. Instructor de aquella Escuela de San Fernando, transformando a sus alumnos en aviadores, hoy considerados precursores de la aeronáutica argentina.
Pero Detomasi no era hombre de atarse mucho tiempo a un mismo sitio. Además, su intrepidez y arrojo, lo llevó a principios de 1915, a conseguir un monoplano Bleriot, un poco más reforzado que los comunes, con el que se largó a realizar maniobras acrobáticas, en aquellos primeros tiempos para este tipo de ejercicios aéreos. Debutó el 28 de marzo de 1915 en el estadio de la Sociedad Sportiva de Palermo, en Buenos Aires, con singular éxito.
De allí pasó a Montevideo, desde donde -luego de varias logradas exhibiciones- comenzó una gira por los Departamentos de Canelones y San José, hasta el fatídico domingo 20 de junio de 1915, en el que pierde la vida al accidentarse en la ciudad de San José durante un festival aéreo. Al salir de una caída de cola, en la que se le plegó el ala izquierda, entró en un vertiginoso tirabuzón hasta el suelo. Falleció a los 24 años y medio. Con él la aviación nacional tuvo la primera víctima.”

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