lunes, 10 de agosto de 2009

¡IDEA!, MÁS QUE SU NOMBRE

-I-
Escribe Walter Ernesto Celina

------CARICATURA DE "OMBÚ"------
Protestatario y poeta, aquel hombre había venido de España.
Leandro Vilariño y Josefina Romani tuvieron cinco hijos: Poema, Azul, Alma, Numen e Idea.
Ésta no desmintió los paradigmas paternos, consagrándose como profesora de carrera en la disciplina literaria. Y, como de la mano, fue llevada por los senderos de la poesía, el ensayo, la crítica y la traducción.

Profesora de la Facultad de Humanidades y Ciencias, desgranó análisis y visiones en Marcha, La Opinión, Brecha, Texto Crítico y Ciclamen (en 1957).
Le pertenecen La Suplicante y Paraíso Perdido, obras iniciales (1945 y 1949), Nocturnos (1955), Poemas de Amor (1957), Pobre Mundo (1966), Poesía (1970), además de composiciones para musicalizar, escritas y destinadas para la interpretación de Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti y Los Olimareños. Examinó, asimismo, los perfiles del tango en su vínculo con la poesía y la rica sensibilidad popular.

Idea Vilariño nació el 18 de agosto de 1920. Cerró su proficuo diario el 28 de abril pasado.
Como parte de la Generación del 45 integró una trilogía fundamental, con Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti, sin perjuicio de su convergencia con otras personalidades del movimiento.

Sobre sus cualidades de ciudadana ha dicho el crítico y ensayista argentino Luis Gregorich: “Hablar de la dignidad de Idea tal vez sea obvio para quienes la conocieron, pero no mencionarla resultaría injusto para los jóvenes de hoy que tienen pocos modelos en qué reflejarse. No aceptó dádiva alguna del poder, jamás traficó con su prestigio, y mantuvo una extraordinaria coherencia en la defensa de las causas políticas y sociales que abrazó.” Subrayó: “Llevó una vida modesta e independiente.”

De José Emilio Pacheco, Premio Reina Sofía 2009, poeta y escritor mejicano, son estas estrofas: “...hablo de otra cosa:/ del silencioso encuentro sin cuerpo/ de sus palabras y de mis sentidos/ en otro tiempo, en otro espacio./ Qué íntima cercanía/ entre dos que nunca se vieron.”

El argentino Jorge Lafforgue, ensayista, crítico, jefe editorial, insiste: “Fue una bella persona.” Apunta: “Las veces que la traté me dejó esa impresión: la de una infinita tristeza que su tenue sonrisa apenas solía ocultar, reservada sin dejar de ser cálida, segura de sí aunque lejos de cualquier soberbia, de hablar pausado, sin remolinos retóricos, de convicciones muy firmes tanto en arte como en política...”

Varios uruguayos sostienen: “Presencia señera de nuestras letras.” (Roberto Echevarren). “Sus mejores poemas son como heridas que van directamente al hueso.” (Circe Maia). “Aquella mujer, la número uno de la poesía, me atendía con más cuidado que muchos de mis pares y amigos.” (Gloria Salbarrey). “El discurso lírico de Idea tuvo como garante a la primera persona de su autora, o como ella lo sugirió en alguna entrevista, lo más auténtico y concentrado de su persona.” (Alfredo Fressia).

Dijo Felipe Polleri: “Yo citaba uno de sus poemas:“Qué lástima/ qué lástima/ estar muertos/ faltar a tan hondo deber/ a tan preciada cita/ a un amor tan seguro.”Ella, juguetonamente, dulcemente, me regaló uno de sus libros dedicado: “Qué lástima”, escribió.”
Para guardar su palabra, casi como un ofertorio laico, Enrique Estrázulas estampó en una estrofa: “...ya no serás la tinta de una ilusión/ tu mano/ tu misteriosa mano no hablará/ será viaje/ de finísimas huellas y un rumor infinito/ de textos releídos como el mar.”

DE IZQ. A DER., BENEDETTI, CLAPS,NERUDA,RODRÍGUEZ MONEGAL,IDEA Y PORTELA

31.07.2009

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