Escribe Walter Ernesto Celina
22.01.2013
El lenguaje político militar y diplomático apela, con sobrada frecuencia,
a términos sibilinos. Tiene, muchas veces, los rasgos de un artificio poco ético, dirigido a enmascarar
realidades y propósitos.
La agenda de
la X Conferencia de Ministros de Defensa
y la resolución final de este evento, cumplido en Uruguay, es una muestra palmaria
de ello.
Los ejes
temáticos fueron tres, a saber: El fundamental combinaba Seguridad y Defensa y Vigencia del Sistema
Interamericano de Defensa. Con
dos segmentos diferenciados. Uno, Seguridad
y defensa. Otro, Futuro de la misión
y funciones de los instrumentos y componentes del sistema interamericano de defensa.
Los restantes, las Misiones
de Paz y los Desastres naturales,
protección del medio ambiente y de la biodiversidad. Casi plausible.
El empalme de las nociones de “seguridad”
y “defensa” preludiaba un ruidoso
quiebre. León Panetta, Secretario de Defensa de los EE.UU., en el único día que
participó en la conferencia, sostuvo que resultaba “difícil” a su país establecer una distinción acerca del papel o “uso de los
militares” para determinar si “las
amenazas transnacionales a la paz y la estabilidad son asuntos de defensa o de mantenimiento del
orden interno”.
La similitud de esta impotencia con los criterios aplicados en los años
de la guerra fría, cuando por esta
conmixtión se apadrinaron todas las dictaduras, desde el Caribe al sur
continental, no es una mera coincidencia
Más, el disertante apelando a un circunloquio, agregó que el empleo de
tropas militares “no puede ser una solución
a largo plazo”…
Horacio Verbitsky, desde la bonaerense “Página 12” ,
anotó con sarcasmo: “¡No cuantificó si
hablaba de años, décadas o siglos!”.
La noble prosa de Esopo se hubiera sorprendido de la versatilidad de este
extemporáneo discípulo, graduado en la CIA.
En tanto, en esas mismas horas Guatemala se pegaba en las votaciones a
EE.UU., por una razón eficiente: El Escuadrón
de Seguridad Ciudadana del Ejército (desoyendo recomendaciones del comando
policial), vertió sobre una protesta campesina -originada por excesos en tarifas
de luz eléctrica-, más de cien casquillos de fusiles Galil. Hubo media docena de muertos y otros desaparecidos. Las
pacificaciones militares apuntan por ese lado.
En oportunidad de la Guerra de las
Malvinas, los United States of America pusieron de costado el Tratado Interamericano de Río de Janeiro (TIAR), apoyando a Inglaterra, potencia “extracontinental”. La Junta Interamericana de Defensa estuvo
quieta, como un perro muerto.
Mientras el foro ministerial dijo alentar “la paz y la cooperación en el Atlántico Sur”, resolviendo “examinar la cuestión de las Islas Malvinas
hasta su solución definitiva…”, EE.UU. y Canadá votaron en contra. El
primero, porque no era asunto de la reunión; el otro, porque es un problema “bilateral”. México, Chile y Colombia respaldaron los “derechos legítimos” de Argentina. Más
claros, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Guyana, Nicaragua, Perú, Argentina,
Surinam y Uruguay alertaron sobre la “creciente
militarización del Atlántico Sur” y los resbaladizos “ejercicios” con misiles, dando respaldo al derecho argentino en su
disputa con Inglaterra, por las “islas” y los “espacios
marítimos circundantes”.
Ahora, Estados Unidos aspira a una nueva versión de sus viejos aparatos,
entre otras cosas, para adquirir un grado de ingerencia en todos los rubros -arriba
enunciados-, denominados “desastres
naturales” y “misiones de paz”, con más bases militares y el despliegue dinámico
de la IV Flota (Comando Sur), circundando los mares de nuestra América.
El viejo halcón está a la búsqueda de nuevos navicerts. Los que le permitan la llegada de sus efectivos a
cualquier país e involucrar, cada vez más, a las naciones sudamericanas en la
exportación de fuerzas de guerra a terceros países, adhiriéndolas a sus
políticas de control global.
Como se advierte, los hechos no se trasmutan por lenguajes supuestamente
tersos o alambicados, esa moneda de cambio del interamericanismo barato.-
1 comentario:
Buscando otra información me he encontrado con su blog!
Hemos vivido el mismo Uruguay anterior al golpe. Me preocupa el posterior, sobre todo con este gobierno FA, muchisimo también Me pregunto que cangrejo se oculta bajo esta piedra, con la visita de nada menos que Panetta.
Me huele feo!
Su blog me parece muy interesante y lo pondré en mi lista de blog.s.
Agradecerle sus artículos sobre este tema.
MVH: Gloria
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