lunes, 28 de enero de 2013

PAX AMERICANA - IL MARE NOSTRUM


Escribe Walter Ernesto Celina
28.01.2013

Como es notorio, los temas militares están ausentes en el debate público. Son ignorados ex profeso por los grandes medios y, aún, por los institutos de análisis sociopolítico.
La información resulta pobre, no porque no exista, sino porque se maneja con reserva y porque los actores políticos la eluden, como disparándole a la parca.
El planeta es visto desde sistemas satelitales, como si un ojo divino actuara permeando lo que sucede en las grandes urbes, en las pequeñas ciudades, bosques y desiertos. Hasta el menor artefacto de comunicación cae bajo operaciones inteligentes de rastreo.
Los océanos, mares, estuarios, los grandes ríos y sus desembocaduras son objeto del más férreo control mediante un sistema móvil y sigiloso, que se desplaza como una sombra abrumadora sobre las aguas. Se trata de la ocupación extraterritorial que ejercen las unidades de la United States Navy, la marina norteamericana.
La contemporaneidad del fenómeno no puede omitir, siquiera a grandes trazos, un par de referencias a sendos antecedentes ilustrativos, entre muchos otros. Pueden evocarse, en efecto, situaciones distintas e irrepetibles, aunque sugestivas, al estar ligadas al factor histórico de dominio. Esto es, del desarrollo y empleo de la fuerza como elemento de sustento del poder.
Mare Nostrum, en los tiempos del Imperio Romano fue la denominación del Mar Mediterráneo. Entre los años -29 (a.n.e)* y el 476 (d.n.e)* ocurría una concentración absoluta del poder político, militar, religioso y administrativo en  las áreas de tierra firme bañadas por un mar encajonado por masas continentales. La supremacía románica se extendía al sur y oeste de Europa, oeste de Asia y el África norteña. Alcanzaba    Britania, Galia, España, Suiza, regiones al sur del Río Danubio, más Italia, Grecia, Turquía, Asia Menor y el Norte africano.
Ese colosal mar interno fue la principal vía de comunicación entre las posesiones citadas. No fue un espacio de libre circulación. La classis (flota) imperial lo custodiaba con dos bases principales y varias accesorias. La Classis Misenensis, constituida en el    -27 (a.n.e), con asiento en Miseno, controlaba el sector náutico occidental y, Classis Ravennatis, con fondeaderos en Ravena, desde el mismo año. Se ocupaba de la zona oriental. Tres siglos después fue instalada en Constantinopla. 
Granos, materias primas y materiales para la construcción se comerciaban por las rutas marítimas. El transporte terrestre era de un costo 60 veces mayor.
Manteniendo el ejemplo anterior, con el fin de adquirir un papel de hegemonía marítima más allá de sus fronteras, cabe citar la prevalencia que la Gran Bretaña tenía hacia 1940 por las mismas latitudes.
Sus buques precisaban de enclaves navales y los tenían: Gibraltar, Malta, Alejandría y Chipre. Inglaterra controlaba  asimismo el Canal de Suez y, con Francia, disponían a comodidad del Magreb, núcleo de países al norte de África.
El fascismo mussoliniano, tras la conquista de Etiopía en 1936, produjo su sueño imperial: crear una Potencia Italiana. Formó una gran marina y, al modo románico o inglés, proclamó que formalizaría Il Mare Nostrum Italiano. Abatió ciertamente las posiciones de Inglaterra y se fortaleció en su alianza con la Alemania Hitlerista hasta que, en setiembre de 1943, Il Duce se desmoronó sin levante.
La potestad, casi absoluta, de los mares ahora la detenta la mayor potencia de guerra de todos los tiempos: los Estados Unidos de América. Con la peculiaridad sobresaliente que, en la transformación del capitalismo, experimenta las virulentas convulsiones que se desataron desde 2008 en su economía y continúan pagando los pueblos del mundo.
Como una mancha oscura sus flotas ocupan los océanos, con un poder destructor poco imaginable.
La IV Flota (The Four Fleet) se creó en 1943, en plena guerra mundial; fue desactivada en 1950, durante la guerra fría y se restableció -¡oh, casualidad!- en 2008 para asumir el control de los buques, aeronaves de la marina y submarinos que operen en Centro América, las Antillas y América del Sur.
No es un juguete para cadetes uniformados con impecables casimires de hilo  blanco, como salidos de una revista de lujo. Es un instrumento para la Pax Americana, una forma de sonreírle a las naciones del mundo apuntando a su soberanía.
Se está ante un Nuevo Mare Nostrum.
Examinando la diseminación de las numerosas flotas de Estados Unidos, más el entramado de bases militares, un sofisticado arsenal, alianzas militares diversas y en acción -como con la OTAN europea-, no se precisa ser muy zahorí para advertir la proximidad del filo de la navaja sobre cualquier país ribereño.
Habrá que volver al punto con los detalles.
Un animal transoceánico anda suelto. Y no es papiroflexia.-
Llamadas *:
(a.n.e) = antes de nuestra era
(d.n.e) = después de nuestra era


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