miércoles, 11 de julio de 2012

SEDUCCIÓN, AMOR, VIDA


Escribe Walter Ernesto Celina

Tres mujeres sostienen el hilo conductor de una historia de seducción, amor y vida que nace en el siglo decimonoveno, atraviesa el veinte y se proyecta bellamente en el actual.
La antigua acepción del diccionario de la Real Academia Española define el vocablo seducción ligándolo a un modo de engaño, hecho con astucia. De forma similar, por mis recuerdos del derecho positivo, lo acogía la normativa penal.
El cambio, que es factor dominante de la existencia del hombre y las cosas, lo viste con  nueva fisonomía y rasgos de tersura.
La seducción, para teorías contemporáneas, ocupa el campo de las relaciones amorosas. Su motor reside en los impulsos sexuales y vínculos afectivos primarios.
Han quedado atrás los consejos amatorios del poeta romano Publius Ovidio, producidos al comienzo de la era actual.
Finalizando ya el siglo XIX las constricciones socio-culturales en la sociedad uruguaya y rioplatense aherrojaban sentimientos y emociones. Sin embargo, bajo la aparente inmovilidad, la ciencia, la política y las pulsaciones intelectuales estaban rompiendo los antiguos esquemas.
La modernidad poética, propulsada por Rubén Darío, removía la literatura. A la luz del nuevo tiempo Quiroga, Sánchez, Rodó, de Viana, Herrera y Reissig y muchos más, ocupaban el nuevo escenario. Con dos mujeres notables. María Eugenia Vaz Ferrerira y Delmira Agustini.

¡Delmira! Ambivalente, con un rostro hacia la familia y otro a la sociedad.  Desafiante, auténtica. Escribió al amor sin miedo, rompiendo prejuicios.
Su miel gotea de “El libro blanco”, “Cantos de la mañana” y “Los cálices vacíos” (aparecidos en 1907, 1910 y 1913; “El rosario de Eros”, una compilación final de su familia, es de 1924).
Con voz cristalina su mano dijo: -A veces ¡toda! soy alma; y a veces ¡toda! soy cuerpo!
O estas otras palabras de mujer plena: -“¡Oh, tú que me arrancaste a la torre más fuerte! Que alzaste suavemente la sombra como un velo, que me lograste rosas en la nieve del alma, que me lograste llamas en el mármol del cuerpo…”
Contrajo un noviazgo largo y un matrimonio brevísimo. Estrenó la ley de divorcio por la sola voluntad de la mujer. Acudió a la cita en la pieza de su excónyuge y amante residual. Un odio extraño, una pasión ciega, primitiva, la envolvió en la muerte. Ella, dos tiros en la cabeza. Luego él, de uno certero. Fue el 06 de julio de 1914.
La Comedia Francesa trajo a la orilla montevideana a una mujer talentosa. Quedó tocada por una sensibilidad que aún vive en esta tierra.
Pero fue de la mano de otra poetisa memorable, que se llamó Idea Vilariño (1920-2009), que la francesa Christine Laurent (Lyon, 1948) conoció las entretelas y los pétalos de la personalidad de Delmira.
Ella y un gran equipo acordaron volver a la vida a la mujer que seducía con sus palabras y conducta de mujer independiente. Filmaron ¿Mañana? (¿Demain?). La película fue vista en el Festival de Rotterdam y desde el 25 de julio entrará al circuito exhibidor de Francia.
Hay una enseñanza. Importa la comprensión de los talentos del pasado, así como el examen de las estrecheces que vienen de atrás, que limitan y cuestan desatar. Romper moldes estrechos ayudará a vivir una sociedad más transparente y respetuosa de los individuos.-

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