martes, 20 de abril de 2010

MÁS SOBRE LA NUEVA IZQUIERDA

CAMINANDO SOBRE CAMPOS EN RUINAS
Escribe Walter Ernesto Celina
waltercelina1@hotmail.com – 15.04.2010

El portugués José Saramago, Premio Nóbel de Literatura, es un escritor de filiación marxista, cuya presentación se hace innecesaria.
Hace un tiempo, concedió una entrevista al periodista argentino Jorge Halperin, de Le Monde Diplomatique, publicación cuya versión en español se edita en Buenos Aires.
En esta circunstancia, con ochenta años a cuestas y dueño de una madura lucidez, habló de su vida, de su pasión literaria y oficio de escritor y de política.
El presidente de Uruguay, José Pepe Mujica ha iniciado su recorrido. Sería tedioso enumerar sus tempranas reuniones con empresarios e inversores, militares y sindicalistas y los pasos que ha venido dando desde que asumió el 1° de marzo de 2010.

Ciñéndome a caracterizaciones que ya he efectuado, volvería a reiterar, como una ironía de la historia, aquello de ¡tanto remar para llegar a una especie de neobatllismo!, o comparar la prédica del primer mandatario, con una siembra al voleo.

Pero ¿qué tiene que ver esto con el connotado hombre de letras?
Halperin interrogaba a Saramago acerca de cómo se sentía frente al panorama que presentaban las izquierdas. Su contestación ahonda en cuestiones habitualmente soslayadas, por efecto de ciertos triunfalismos electorales social-democráticos que se dan en América Latina o por las aplastantes derrotas europeas.
“Las izquierdas son campos en ruinas, manifiesta el pensador. Son muchas las crisis en el mundo, pero hay una crisis que es la más grande de todas, que es la crisis de las ideas. No hay ideas. Y agrega: Quiero decir, ideas hay, hay gente que las tiene, que las expresa, todo eso. Pero, lo que no hay son ideas que reúnan a la gente y, no se puede hacer nada, si usted no tiene una idea donde la gente se encuentre; a su alrededor o compartiéndola.
Cuando se trata de la derecha, no tiene mucha importancia, porque la derecha no necesita ideas. Pero tiene consecuencias graves para la izquierda porque la izquierda no puede vivir sin ideas. Y, la verdad, es que algunas de ellas se agotaron; otras, quizás, estén esperando una resurrección, en condiciones distintas, claro.”

Ante la interrogante de cómo ubicar el fracaso y establecer en qué consistió la equivocación, José Saramago se explica con más detalle: “La derecha, cuando por motivos de estrategia política se va al centro, es decir, hace lo que se llama una política de centro, no por eso deja de ser derecha. Y no engaña a nadie. Pero, cuando la izquierda se va al centro, deja de ser izquierda. Ese es el problema.
Si la izquierda se va al centro, en nombre de una política supuestamente necesaria en un momento político, argumentando que los tiempos no marchan hacia la radicalización -siempre hay una excusa para eso-, entonces la izquierda se va al centro y, a partir de ese momento se desmembra, pierde identidad.
La derecha no pierde nunca su identidad. La izquierda puede perderla fácilmente.”

El Frente Amplio no debate ideas. Disputa cargos. Sus núcleos no exponen sobre cuerpos doctrinarios. Eluden cualquier examen. Esbozan generalidades. Se autodefinen como pragmáticos…
Caminan -para repetir al gran portugués- sobre campos en ruinas. No se diferencian de sus antecesores más que por sus caras.
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