domingo, 23 de mayo de 2010

¿QUÈ PASA EN LA IGLESIA CATÓLICA?

TRANSGRESIÓN IRREPARABLE
Escribe Walter Ernesto Celina
waltercelina1@hotmail.com – 17.05.2010

“En los últimos años se han multiplicado las denuncias que involucran a sacerdotes de la Iglesia Católica en abusos sexuales de menores.
En Estados Unidos y Canadá, la iglesia pagó cientos de millones de dólares para indemnizar víctimas y evitar procesos por investigaciones que denunciaron miles de casos de curas pedófilos y miles de niños que fueron sus víctimas.
En Australia y Francia; pero también en Irlanda, donde cuatro obispos presentaron renuncia y miles de niños fueron víctimas de abusos.
En México y Holanda, en Italia y Austria, las denuncias se suceden contra sacerdotes pedófilos que abusaron de niños y jóvenes en los últimos cuarenta años.
Quizá, la lista del horror muestre toda su gravedad en Alemania. Allí se denunciaron abusos sexuales contra niños en 19 de las 27 diócesis católicas. Y, en particular, las denuncias que involucran a los Niños Cantores de la Coral de Ratisbona, dirigida entre 1964 y 1994 por Georg Tatzinger, hermano del Papa, dejaron planeando una sombra de duda sobre la permanente y clara voluntad de la iglesia de sancionar contundentemente estos comportamientos.
La Iglesia Católica enfrenta esta realidad, además, con serias dificultades de las que da cuenta la constante merma de sus vocaciones pastorales…”

Lo que acaba de leerse es la primera parte de un análisis que, desde el diario “El País” (1), realiza su colaborador Francisco Faig, bajo el título “Qué pasa en la Iglesia”.
No se trata, de quien esté efectuando un acopio de imputaciones sobre la violación a los fueros de la infancia, desde fuera de la organización de religiosa citada sino, por el contrario, de quien formándola, experimenta una cruda desazón.
Los hechos dan cuenta, con harta elocuencia, que ciertos conceptos sobre la abstinencia, la cultura del celibato y una moral farisea han caído, hechas polvo, en las más apartadas latitudes.
Sólo que la velocidad de las comunicaciones del siglo XXI y el quiebre de las máscaras que venían del anterior, fueron ubicando la verdad en su sitio. Como para desplazar el crimen y la hipocresía.

Nota: (1) - Pie página editorial. 17.04.2010. Montevideo.

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