lunes, 8 de septiembre de 2008

GALEANO, UN LIBRO Y UNA MUJER

Escribe Walter Ernesto Celina

CONCEPTOS DEL AUTOR

El escritor uruguayo Eduardo Galeano acaba de lanzar la “La paradoja andante”, un trabajo que supone contar la historia de un modo distinto y, a la vez, una forma de promover interrogantes acerca de cómo han discurrido determinados hechos.
Su enfoque es bien distinto al que iniciara con su clásico “Las venas abiertas de América Latina”.Lo que agrega -ha dicho- es la amplitud de la visión.” Sostuvo que eso le “permitió la loca idea de escribir una historia universal, o casi universal, para desolemnizarla.” Adquirió, así, “mucha libertad para poder hacer una burla impune a las fronteras del mapa y del tiempo.” Con esta perspectiva, Galeano encuentra los ángulos que le permiten “rescatar cosas que valen la pena que se conozcan o, simplemente, formular preguntas.”

MUJERES EN “ALTAMIRA”

Refiriéndose a las pinturas rupestres de Altamira (Cantabria, España) comenta: “...Tuve la suerte de verlas al natural, cuando todavía no estaban protegidas y descubrir que están en el techo de las cavernas. O sea, que me acosté para verlas”. Más adelante inquiere: “...cómo es que aquellos tipos, que eran tan brutos -nuestros abuelos-; aquellos hombres casi monos, que eran tan bestias, obligados a ganarse la vida peleando de mala manera entre monstruos más monstruos que ellos, bestias contra bestias, pudieron crear obras tan volanderas como estas que se escapan de la roca y van al aire.” Y desprende, casi de modo conclusivo, las interrogantes siguientes: “¿Y si fueron ellas? ¿Y si eran ellas las que decoraban la casa mientras ellos se iban a cazar?”

UNA PRECURSORA DE LOS DERECHOS FEMENINOS

Eduardo Galeano recuerda a varias mujeres olvidadas por la historia. Una de ellas: Olimpia de Gouges.
¿Quién era? Vale saberlo.
Activista revolucionaria y autora teatral. Nació en Francia en 1748 y murió guillotinada en 1793. Formuló el proyecto de Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, repitiendo las nociones que en 1789 había sancionado la Asamblea Nacional:
“Las madres, las hijas y las hermanas, representantes de la nación, piden ser constituidas en Asamblea Nacional. Considerando que la ignorancia, el olvido y el desprecio de los derechos de la mujer son la únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer en una solemne declaración los derechos naturales, inalienables y sagrados de la mujer...”

Denunció los olvidos de la revolución, para sustentar que “la mujer nace libre y debe permanecer igual al hombre en derechos”. Chocó contra la dirigencia jacobina. Algunos, como Chaumette, sostenían que “no es decente abandonar los cuidados devotos de la familia” para bajar a la plaza pública a “realizar los deberes que la naturaleza ha impuesto sólo a los hombres.”

Jean A. Condorcet, uno de los pilares ideológicos del cambio político y social francés (1743-1794), perseguido como Olimpia de Gouges, comparó la situación de las mujeres de su época con la de los esclavos y propugnó por la igualdad de los derechos de género.
La nueva justicia, suele ser, esquiva y lacerante y, por tanto, imperfecta. Ello la hace un capítulo para el examen, que el autor coloca en la cabeza del lector, implícitamente.


CUATRO CONVICCIONES GALEANAS

Desde las mesas del Café Brasilero, reducto del que es habitué en la Ciudad Vieja de Montevideo, el escritor habla de su libro, de cultura y de política. Varias afirmaciones:

Una: “Las grandes invenciones que hicieron posible el Renacimiento son chinas: la brújula, la pólvora y la imprenta. Los chinos tenían imprenta dos siglos antes que Gutenberg. Pero la guerra del opio, que aniquiló a China, la convirtió en una nación humillada, de drogadictos, donde los japoneses después entraron como Perico por su casa, sin resistencia ninguna.”

Otra: “ Las cadenas de la opresión nunca tienen sólo dos eslabones. La idea de un opresor y un oprimido es un esquema que no tiene nada que ver con la realidad. Mentira. Cada oprimido oprime al que tiene abajo. Son cadenas de muchos eslabones. Como la película “El gran dictador” de Chaplin. Cada uno le daba la orden al otro y Chaplin se daba vuelta y no tenía a quien darle la orden.”

Otra más: “En el Uruguay todavía no se le ha dado a la cultura el valor que tiene como agente de cambio; o sea, como motor fundamental en los procesos de cambio. Entonces hay una sustitución de la cultura por la política, por la política entendida en el sentido mezquino más chiquito, que yo creo que no le hace ningún bien a la cultura, ni a la política. Hay un divorcio ahí que me parece que todavía estamos lejos de haber resuelto.”

Y confiesa: “Creo en las coaliciones, pero no en los partidos únicos. Creo en la posibilidad que haya frentes organizados sobre la base de coincidencias fundamentales, con derecho a ser diferentes, a expresar puntos de vista distintos. Si no, no me merece fe.”

ENTRE PARADOJA Y PARADOJA

En “La paradoja andante” pueden encontrarse algunos contrasentidos. Estas son unas grageas chispeantes:

Hernán Cortés
“Tenochtitlán, el centro del imperio azteca, era de agua. Hernán Cortés demolió la ciudad, piedra por piedra y con los escombros tapó los canales por donde navegaban doscientas mil canoas. Esta fue la primera guerra del agua en América. Ahora Tenochtitlán se llama México DF. Por donde corría el agua, corren los autos.”

Indios
“El monumento más alto de la Argentina se ha erigido en homenaje al general Roca, que en el siglo diecinueve exterminó a los indios de la Patagonia.
La avenida más larga del Uruguay lleva el nombre del general Rivera, que en el siglo diecinueve exterminó a los últimos indios charrúas.”


Haití
“Haití pagó una enorme indemnización. Desde que en 1804 conquistó su independencia, la nueva nación arrasada tuvo que pagar a Francia una fortuna, durante un siglo y medio, para expiar el pecado de su libertad.”

Olimpíada de 1936
“En 1936, el Comité Olímpico Internacional no toleraba insolencias. En esas Olimpíadas, organizadas por Hitler, la selección de fútbol de Perú derrotó por 4 a 2 a la selección de Austria, el país natal del Führer. El Comité Olímpico anuló el partido.”
(Fuente: Revista “Socio Espectacular” – IV/ 2008 – Montevideo)

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