domingo, 7 de octubre de 2012

HOMENAJE DEL CORREO NACIONAL


ANÍBAL BARRIOS PINTOS

Escribe Walter Ernesto Celina

walter.celina@adinet.com.uy  walter.celina@hotmail.com  30.09.2012


Con motivo del Día del Patrimonio y, en alusión al lenguaje de los uruguayos, la Administración Nacional de Correos emitió un sello postal en homenaje a la preclara personalidad de Aníbal Barrios Pintos.
El 1º de junio se cumplió un año del alejamiento físico de quien consagrara su vida a la investigación, en los campos de la historia y la lexicografía de Uruguay. Asimismo, sus contribuciones periodísticas constituyeron un vehículo idóneo para la difusión de sus pacientes trabajos.
Aunque pudiere resultar redundante, cabe recordar algunos elementos generales, distintivos de su perfil y obra.
Fue un animador de las labores metódicas y silenciosas de los grupos de académicos que examinan los siempre variados procesos de las letras y la historia de nuestro entorno. Los sillones que ocupara, respectivamente, en la Academia Nacional de Letras y en el Instituto Histórico y Geográfico, acusarán su ausencia. Las tareas de ambas instituciones se reflejaron en las sucesivas ediciones de revistas de gran porte cultural, a las que brindó su saber creador.
La reedición de la Historia de los Pueblos Orientales (tres tomos con un total de 1692 páginas) es un registro amplísimo de los fenómenos poblacionales ocurridos en nuestro territorio, lo que se concatena con sucesos políticos, militares, económicos y sociales. Consagró años de su vida a la indagatoria y, también, a la espera de la publicación completa de la obra. Por añadidura, fue el conocedor más perfecto de la totalidad de los  Departamentos del Interior. Y, de seguro, el más avezado escudriñador de los barrios montevideanos. Los meandros de la identidad oriental y uruguaya encontraron su lupa vivaz, por lo que no existirá interpretación acabada si no pasa por el conocimiento de los estudios y revelaciones aportadas por este maestro.
Su herencia son el casi medio centenar de libros e incontables notas periodísticas, orales y escritas, entre las que se destacan trescientos cincuenta registradas para el Suplemento Dominical del Diario “El Día” de MVD.
El Diccionario del Español del Uruguay lo menciona como uno de sus constructores. Es muy exacta la apreciación. Siendo depositario de su amistad, muchas veces me comentó con satisfacción los avances del equipo que afinaba las acepciones. Y, otras tantas, lo sorprendí   analizando las voces colectadas. Tenía empeño en corroborar el significado de algunos giros lugareños y, más de una vez, quiso saber cómo yo recordaba las maneras de aplicación de palabras y formas de componerlas en frases. La profesión de pesquisador desbordaba su vida. Lo hacía, además, con auténtica humildad. Como contratara, compartía con generosidad archivos, libros y sucesos por él vividos con personajes memorables.
De tierra adentro fue su último gran aporte. En julio de 2011 se asistió en la Biblioteca Nacional a la presentación del primer tomo, encontrándose con  rezago la Editorial Planeta en emitir último.
Se trata de un catálogo, el único existente, en el que Aníbal Barrios Pintos sistematizó -hasta donde pudo- las nóminas de escritores, músicos y artistas del Interior. A lo largo del tiempo acumuló los antecedentes de individualidades, la mayoría ocultas para el ojo público. Procedió con  ahínco a verificar, clasificar y, finalmente, compendiar. La media muestra divulgada comprende los Departamentos de Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, Soriano, Colonia, Rivera, Tacuarembó y Durazno. Faltan Maldonado, Rocha, Canelones, Lavalleja, Cerro Largo, Treinta y Tres, Flores, Florida, San José, conservados por la compañía española local.
Las distinciones que recibiera son de gran prestigio y extensa enunciación.
Hace semanas volvió a ser recordado en la Cámara de Representantes y ahora, la Administración Nacional de Correos lo hace con un sello postal.
En el Día del Patrimonio, en esta oportunidad dedicado al lenguaje de los uruguayos, la estampilla destaca a la izquierda el rostro del investigador y, a su derecha, un detalle de la escultura Los Charrúas, de Pratti, Furest Muñoz y Lussich, con asiento en el Prado, de Montevideo.
La razón está dada por dos elementos vinculantes: La dedicación que el historiador le prestara a las etnias que antiguamente poblaron nuestro territorio y a sus avecinamientos y, la perdurabilidad de voces autóctonas en el lenguaje vivo.
Entre los méritos que el Correo destaca del compatriota indica uno, muy especial: la determinación del área geográfica de  Villa Purificación y del Cuartel General del Hervidero, asiento del Primer Artiguista.
Detalles del impreso filatélico
Diseño de Eduardo Salgado.
Fecha: 27/9/2012. Código: 2012-20-c. Categoría: sello conmemorativo.
Valor: $12.  Plancha: 25 unidades. Tirada: 15.000. Imprenta: Sanfer SRL.

LA ÚLTIMA ENTREVISTA
El 26 de mayo de 2011 Ediciones de la Banda Oriental celebraba en el Teatro Solís sus 50 años de vigencia.
Entre los autores invitados se encontraba el venerado amigo. Las cámaras dieron cuenta de su presencia, al tiempo que concedía algunas declaraciones requeridas por los medios.
El periodista Carlos Reyes recogió estas expresiones testimoniales.
La siguiente refiere a cómo el historiador complementó sus campos de interés, lo que a la postre se reflejó en aportes personalísimos. “Iba seguido a Buenos Aires a trabajar en los archivos, manifestaba. Allá estaban haciendo una historia de los barrios, en la que cada historiador se ocupaba de un barrio específico. Y, una vez, en Artigas, me encontré con el Intendente de Montevideo y le planteé la posibilidad de hacer eso. Ahí empezó. Tres intendentes pasaron y se pudo hacer con tres administraciones distintas. Tenía desde hacía muchos años la experiencia de trabajar con temas del Interior, Departamento por Departamento. Apliqué los mismos conocimientos y métodos a los barrios de Montevideo.”
Aludiendo a sus modalidades innovadoras, como a su intrepidez no jactanciosa, recordó en otro pasaje: “Para escribir la historia de los pueblos, recorrí todos los caminos y carreteras. Antes de la 2da. Guerra Mundial había visto en una revista francesa la foto aérea de una granja. Pensé entonces en tomar fotos aéreas de las estancias. Cada una de tiene una historia.” Tanto, como lo que relataría inmediatamente: “Íbamos en avioneta  y bajamos en un campo con mucha piedra. Al despegar chocamos pero, al final, el aparato despegó. Íbamos para Vichadero y veíamos que la gente nos hacía señas. Pensábamos que nos saludaban, hasta que nos dimos cuenta que nos faltaba una rueda. Aterrizamos en una cancha de fútbol; milagrosamente la avioneta quedó vertical, ¡parada sobre su propia hélice!”  (Fuente diario “El País” - 02.06.2011)