Escribe Walter Ernesto Celina
A veces rasgarse las vestiduras sirve de poco. Tal vez esto le haya pasado al Partido Nacional que, con énfasis digno de mejor causa, acudió a la Asamblea General Legislativa para justificar lo injustificable: la postura adoptada por la mayoría de ese conglomerado cuando facilitó su voto para aprobar la malhadada ley de “caducidad de la pretensión punitiva del Estado”.
Prohijada conjuntamente con el Partido Colorado, fue redactada por el nacionalista Dr. Héctor Sturla (fallecido), diputado en la primer legislatura post dictadura.
Wilson Ferreira Aldunate, desmintiendo un comportamiento anterior contra quienes asaltaron el poder con las bayonetas y escarnecieron al país, puso bajo un paraguas de protección a los responsables, no sólo del estropicio institucional, sino de las más groseras violaciones a los derechos humanos.
Los blancos, apuntalando a los colorados, actuaron en bloque, aprobando una amnistía “sui géneris” a favor de los causantes de torturas, muertes y desapariciones. Sólo el núcleo minoritario de C. J. Pereyra votó con el Frente Amplio, la Unión Cívica y un diputado colorado salido de madre.
Con un posterior agravante. Tanto Sanguinetti, en sus dos mandatos, como después Lacalle y, tras cartón, Batlle Ibáñez, no accionaron para que el Poder Ejecutivo investigara -como posibilitaba la ley de caducidad-, lo que recién vino a poner en marcha el Presidente Vázquez, en mi opinión, con cautela, la que no impidió que los militares continuaran ocultando sus crímenes.
Cabría anotar, en descargo de Batlle, la creación de la Comisión para la Paz, que reunió algunos antecedentes y listó nóminas de vejados, muertos y desaparecidos.
Hace pocas horas, blancos y colorados (menos el amanuense militar y golpista García Pintos) huyeron de la Asamblea General cuando esta fuera convocada a examinar la constitucionalidad de aquel siniestro cuerpo jurídico que amparó a los militares.
Se trataba de expedirse en una especie de “vista”, conferida al Cuerpo por la Suprema Corte de Justicia, antes de resolver respecto a acciones impetradas por la Fiscal Mirtha Guianze.
Nada impide que la Asamblea General emita una opinión lo que, por definición, es la esencia del “parlamento”.
Se recordará que los blancos no concurrieron a las conversaciones del Club Naval, que reunieron a colorados, frenteamplistas y cívicos. Sin embargo, en una voltereta circense, pasaron a garantizar lo que supuestamente allí se había acordado: ¡dejar libres a los militares incursos en actos de lesa humanidad!
¡Qué regla de tres extraña! El FA y la Unión Cívica que estuvieron en los arreglos no daban la amnistía y, los blancos -que sólo la balconearon- sí la otorgaban Y la articularon.
Ahora volvieron con la historia del Club Naval, olvidando que unos meses antes, se prosternaban ante los militares -con los colorados-, en las negociaciones del Parque Hotel, hasta que José Germán Araujo, director de CX 30 Radio Nacional, destapó el tarro. El conciliábulo voló por los aires, haciéndose trizas. Luego, le pasaron la boleta al gran tribuno y lo desaforaron en el Senado democrático... presidido por Enrique Tarigo.
Un interlocutor calificado de los militares fue entonces el Dr. Gonzalo Aguirre Ramírez, según las actas que los militares divulgaran profusamente, al frustrarse el entuerto.
Y algo muy penoso. La Sra. Cecilia Fontana de Heber murió a manos de la dictadura, tras ingerir un vino envenenado.
Bien. Su hijo, el actual senador Luis Alberto Heber, siendo diputado cuando se sancionó la ley de caducidad, fue uno de los blancos que levantó su mano para que los militares quedaran exentos de pasar por los juzgados. Tal vez pudo votar en contra, irse de sala, desacatar a su grupo, designar suplente, etc.
Episodios de una historia “reciente” y “recientísima”. Recordarlos es un buen ejercicio mnemotécnico.
1 comentario:
me gustaria hacerle llegar una portada del dierio el pais que tengo en mi poder, en la que se ve, firmado el pacto del club naval, con copas de chapaña levantadas en un brindis a militares y prominentes politicos, entre ellos a German Araujo
Por que brindaban? que festejaban ambos bandos...?
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