viernes, 13 de junio de 2008

LAS PERVERSIONES, POR SU NOMBRE

Escribe Walter Ernesto Celina

La sociedad uruguaya se va abriendo paulatinamente a la consideración de los temas de la sexualidad. Lo hace con un retraso de décadas, lo que debiere llevar a profesionales, educadores, comunicadores y agentes sociales a extremar sus esfuerzos para coadyuvar a una consideración franca y sin tabúes y, a la vez, respetuosa, de los múltiples factores que intervienen en un aspecto fundamental de la vida social y personal.
En un aporte sin pretensión técnica, al sólo efecto de divulgar términos y facilitar la caracterización de situaciones, se presentan algunos estados conocidos como perversiones.

VOYEURISMO. Tendencia consistente en buscar la satisfacción sexual con la visión de escenas eróticas reales, o ficticias, sea en impresos, videos, Internet, etc.

EXHIBICIONISMO. Impulso para mostrar en público zonas sexuales.

NECROFILIA. El término viene del griego. Significa atracción por los muertos. El placer necrófilo reside en la verificación del contacto o en la excitación por la contemplación de un muerto. Puede provocarlo la evocación de un cadáver.

GERONTOFILIA. Supone una especial seducción por adultos mayores, en las variantes heterosexual u homosexual.

PEDOFILIA O PEDERASTIA. Pedofilia es la predilección sexual que un adulto siente hacia niños o adolescentes. En una distinción más fina, el pederasta es un pedófilo que pasa a la acción incurriendo en un delito, según las circunstancias y edad del menor. Es común equiparar como sinónimos ambos términos, aunque la diferenciación entre uno y otro término se viene abriendo paso.
El pedófilo se interesa en la pornografía infantil y conoce que, socialmente, su predisposición es rechazada por la comunidad. Se esconde. No hace pública su condición. Los pederastas son pedófilos, aunque no todos los pedófilos son pederastas.
Es bastante común que los pederastas, sean los encontrados “in fraganti” o los denunciados, busquen excusas acerca de sus intenciones. Pueden explicar que sus acciones abrigan "valores educativos o moralizantes” o que las caricias carecen de malicia.

Un informe de Internet indica que suelen aducir que el niño es "sexualmente provocativo". En algunos casos, estos sujetos se tornan sádicos o dan muerte al menor. Hay pederastas que los colman de atenciones para obtener una complicidad operativa, que no los exponga.
Es relativamente frecuente que los pederastas victimicen a niños de su familia, ahijados o vecinos. En otras situaciones, son algunos preceptores con sus alumnos, especialmente en internados. Presionan a sus víctimas con la finalidad de que callen. Más sutil y, al mismo tiempo cruel, es hacer creer al menor que él también es “culpable”, o que “nadie le va a creer” si el asunto se divulga. Otras ocurrencias son las de padres con hijos, de educadores con alumnos, de entrenadores deportivos con pupilos,etc.

Variantes tan amplias no deben instalar la desconfianza, ni el prejuicio. La atención hacia los menores y la educación sexual, en los ámbitos de estudio y la familia, son los mejores antídotos.
También se habla de tratamientos.
Desde los años sesenta algunos países emplean la castración forzosa de los pederastas. Sin embargo, un tercio de los castrados quirúrgicamente, siguen siendo capaces de realizar actos sexuales.
La castración química, con sustancias que bloquean la producción de hormonas, parecen tener efecto en pederastas que, aún manteniendo sus impulsos eróticos, no tienen personalidad psicopática o antisocial. Fármacos antidepresivos causan la disminución de las apetencias. Los tratamientos con especialidades farmacéuticas deben ser complementados con los psicológicos.
Puede advertirse la amplitud de la cuestión. Apenas se han mencionado algunos elementos.
(11.06.08)

No hay comentarios: