jueves, 4 de octubre de 2007

RETRATO DE SITUACIÓN

Escribe Walter Ernesto Celina

Al promediar septiembre, siendo las 06.45, salgo de la Terminal “Tres Cruces”. Camino por la calle Ferrer Serra y, antes de llegar a Acevedo Díaz, advierto que se levanta sigilosamente la tapa de un contenedor de basura. Afuera no hay nadie.

Desde el interior de la caja, la cabeza de un hombre joven asoma sus ojos. Mira despaciosamente. Diría que con la misma cautela con que había abierto el receptáculo.
El nauseabundo cajón de desperdicios había oficiado de casa-habitación para un ser humano.
Hechos similares se repiten por otras partes de la ciudad, configurando una acusación social ilevantable.
Por esos días, un senador dio rienda suelta a sus impulsos de escritor, publicando el 13 de septiembre (1) una nota política titulada “El contenedor”.
Haré abstracción de la materia que trata. Me quedaré sólo con la descripción efectuada por el legislador. Y paso a transcribir:

“...la imagen del contemporáneo contenedor municipal de basura: su presencia en nuestras calles ya forma parte del paisaje montevideano. Lamentablemente acompañada por la de los hurgadores de basura, que también forman parte inseparable de nuestro dibujo urbano.
Hombres, mujeres y niños, perros, caballos, bicicletas, carros y carritos de todo tipo y la nueva herramienta, dechado de la tecnología nacional: el gancho para hurgar. Los hay (ganchos) muy variados sobre el modelo clásico: sin mango, con mango de madera, de trapo, de papel... Diversas mejoras para hacer más eficiente y confortable la herramienta que da de comer a miles de familias uruguayas que viven de eso: la basura.
Podemos verlos también de cabeza en el contenedor, las piernas colgando, gracias otro avance de la tecnología nacional: el palito, con la medida justa y las ranuras adecuadas que, mientras tanto, mantiene abierta la tapa para mejor comodidad en el trabajo.
Los hay que se meten de cuerpo entero, directamente en el contenedor, y también hay quienes allí pasan la noche de invierno durmiendo.
No cabe duda: los contenedores han sido todo un avance. El progreso propiamente dicho...”
Los detalles pueden resultar molestos, desde que la función de un hombre público debe ser otra, muy distinta a la de un relator, que parece por momentos regodearse con las características de los adminículos usados para escarbar en los deshechos. Dejo de lado, asimismo, la consideración de este aspecto.
Importa, sí, el retrato de situación. Invita a entender la dura realidad en que viven tantos compatriotas. Y a no desviar la vista, gobernantes, opositores y ciudadanos.
Lo mostrado es una irritante lesión a los derechos humanos; un descaecimiento social, muy agudo, que la sociedad debe corregir.

(1): “La República” – Senador Eleuterio Fernández Huidobro.

waltercelina1@hotmail.com

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