Escribe Walter Ernesto Celina
walter.celina@hotmail.com walter.celina@adinet.com.uy
01.07.2013
El auto se
detuvo por frente a la entrada principal de la sede comunal. La persona que esperaba
se aproximó al vehículo, saludó con cortesía y se ubicó en el asiento
delantero.
-Esta es la
documentación. Todo está en orden, debidamente chequeado.
-En minutos
estaremos, susurró el conductor, mirando por el espejo a las dos damas ubicadas
a su espalda.
Las mujeres
observaron los papeles y los guardaron.
El sol no
disimulaba el pertinaz viento que soplaba del mar al momento en que el grupo
descendió. Saludos de cortesía acompañaron a las señoras hasta que ingresaron
en la zona de embarque. Estaban en el Aeropuerto Internacional de Punta del
Este. En minutos arribarían a Buenos Aires. La conexión final las dejaría en
Miami, Florida (Estados Unidos).
¿Viaje
científico? ¿De negocios? ¿Diplomático? ¿Asuntos secretos de Estado?
Tal vez…
¿Deportivos? ¿De
lucha contra el narcotráfico? ¿Acaso de complementación militar? ¿Alguna feria
gastronómica o de la moda? ¿Inversiones no contaminantes? ¿Hotelería gay y de
apuestas?
Las
interrogantes se suman como para formalizar coros y contracoros, haciendo de
cada respuesta un error. Dar en este clavo equivale a una real hazaña. Como la
de triunfar en el juego del “5 de Oro” vernáculo, en que para caer en el pozo
es necesario superar dificultades siderales.
Aunque no esté
en las preferencias habituales de los lectores, la propuesta será ingresar a la
sesión de la Junta Departamental
de Maldonado, uno de los diecinueve espacios de los gobiernos municipales
habitados por ediles y personal.
Cuando todo
transcurría sin mayores novedades salta, como perdida en la noche, esta liebre:
SEÑOR PRESIDENTE: -Debemos votar la representación que en misión
oficial nos harán las señoras Edilas. Estamos votando. Por la afirmativa…
SE VOTA: -Unanimidad, 25 votos.-
Se habla de las “señoras edilas”,
sin darse sus nombres públicamente cuando se está en una sesión abierta a la
asistencia ciudadana. Ello significa que los que por unanimidad respaldaron lo
que se resolvía, sabían muy bien quiénes eran las adjudicatarias de la misión
oficial. Todos “ellos”, menos los escuchas de la sesión. Apenas escasos concurrentes
motivados por inquietudes lugareñas y algún curioso. Como el sigilo pactado
entre las bancadas de gobierno y la oposición debía ser absoluto, ningún oyente
pudo saber para dónde partían las nombradas, a hacer qué, ni con qué títulos.
En días posteriores y, como suele
ocurrir, el acta del cuerpo deliberativo sería la encargada de lavarle la cara
al entresijo
¿De qué modo?
Sencillito. Agregando -en el
instrumento que refiere a la reunión de la corporación- el texto de lo
resuelto. Por Internet fue posible acceder a lo exactamente votado. La
sustracción de información quedó develada así:
Visto:
La invitación recibida para participar en la “XIX Conferencia Interamericana de
Alcaldes y Autoridades Locales” a realizarse del 17 al 20 de junio del cte. año
en Florida – Estados Unidos.
1º) Autorízase el traslado en Misión Oficial de una delegación de
este Cuerpo integrada por las Edilas Sras. Liliana Capece y Elisabeth Arrieta
representando a este Cuerpo a efectos de asistir al evento mencionado.
2º) Compútese la asistencia correspondiente por esta Misión
Oficial, de acuerdo a la normativa vigente 6 (seis) días.
3º) Adóptense las medidas administrativas de estilo, téngase
presente y cumplido archívese.
Las “medidas administrativas de estilo” consisten en la imputación de
los gastos y en el diligenciamiento de lo necesario para el cumplimiento de “la misión”… Desde luego, no podía
faltar la previsión del numeral 2º, sobre “computar
la asistencia”, de manera tal de no alterar la percepción de ciertas
partidas que acompañan el ejercicio de cargos llamados “honorarios”, como los de las edilas de referencia.
A la vista quedan los vicios
compartidos de orientaciones políticas signadas por el oportunismo y la
ausencia de principios.-
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