Escribe Walter Ernesto Celina
MEMORIA DEL PRIMER DEDAZO Y DE UN PACTO
MEMORIA DEL PRIMER DEDAZO Y DE UN PACTO
El sano ejercicio de la ciudadanía incita a tener memoria y ejercer la sana crítica a los dirigentes políticos.
Hay hechos relevantes que no pueden ponerse en saco roto, como para olvidarlos por un acto de magia.
Cuando Tabaré Vázquez, acompañado de Danilo Astori y una embajada de dirigentes frenteamplistas visitó los Estados Unidos, en vísperas de las últimas elecciones, hubo dos hechos que signaron el pacto de los dos políticos citados.
Llamó la atención que Vázquez eligiera el suelo imperial para proclamar como “su” ministro de economía a Astori, para la eventual circunstancia de un triunfo electoral. Esta especie de bautismo precedió el ingreso de la comitiva a los ámbitos financieros internacionales y norteamericanos.
Había, obviamente, hablado para los anfitriones.
El singular pacto tuvo, asimismo, una contracara menos explícita: el apoyo de Astori a Vázquez suponía que éste le retribuiría su adhesión dando aliento a la candidatura presidencial de Astori para los comicios que, ahora, están en puerta.
Cualquiera comprende que este acto de voluntarismo, unilateral, suponía una atribución no sólo indebida, sino, además, inmerecida para una colectividad de izquierda que siempre se preció por rechazar el cesarismo en política.
LA HORA DE LOS ZAPATAZOS
En la cultura iraquí arrojar los zapatos a alguien es una señal de reprobación y desprecio. Una escena peculiar se vivió cuando el presidente Georges W. Bush, de visita en ese país -el mismo día en que culminara en Montevideo el congreso del Frente Amplio-, debió esquivar dos zapatazos que le ofrecieran en una conferencia de prensa.
¿Cuál es el simil?
El relegamiento que el congreso del Frente Amplio hizo de la candidatura presidencial de Danilo Astori, autoproclamado como primero en la fórmula disparada años atrás por Tabaré Vázquez.
Este zapatazo lo recibieron ambos dirigentes, por igual.
Astori desertó del máximo encuentro partidario el día final del evento, cuando se proclamarían los resultados. José Mujica se alzó con el 71,5% de los votos, contabilizando 1.694 sufragios. Astori quedó resignado al tercer puesto, con 566 votos, equivalentes sólo al 23,77%, muy por debajo de Marcos Carámbula quien también lo superó -corriendo de atrás-, al alcanzar 1.012 votos, con el 42,5%.
A Vázquez le cayeron otros presentes reprobatorios. Tienen que ver con la ley de caducidad, la salud sexual y reproductiva, las inversiones extranjeras y los tratados comerciales, el sistema tributario, etc.
Todo un ejercicio de la memoria, desde la máxima estructura de un partido. Por elevación, también, un shock eléctrico a los recolectores de firmas y a la misma reelección de Vázquez.
En una hora de precipitaciones escasas, llovieron los zapatazos políticos.